Comienza el sínodo y, desde el mismo, se invita a todo los católicos a la participación dentro de la Iglesia para, desde las aportaciones de cada uno (personal y/o de grupo) colaboren a una mayor y mejor evangelización. La verdad no tengo nada clara la definición pero lo que “parece llegar” es algo así como la convocatoria de un gran debate en la Iglesia universal. Y desde esa exhortación me permito hacer un ruego a nuestros obispos: que vivan en la realidad, que aterricen en la misma y/o que despeguen sobre la misma. Y me refiero a la realidad cristiana que nos interpela a través de preguntas muy concretas:
Señores obispos: la gran mayoría de los padrinos de bautizo ni son practicantes y además, en cantidad fuerte, viven en situaciones de pecado (casados por lo civil y/o en concubinato); ¿qué van a hacer al respecto?
Señores obispos: la grandísima mayoría de niños que hacen su “primera” comunión no vuelven más a Misa habida cuenta que sus padres, al no ser practicantes, no los traen más; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: la inmensa mayoría de los que se confirman no siguen practicando los sacramentos ya que se confirmaron solo para tener “papeles” y poder ser padrinos de bautizo u otro motivo meramente formal; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: muchísimos católicos van a comulgar sin haber confesado pecados graves (como por ejemplo no ir a Misa dominical) y eso es evidente al ver en las Misas las colas para comulgar y los confesonarios vacíos; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: una gran mayoría de católicos que se casan por la Iglesia ya conviven juntos antes de la boda y tienen la firma decisión de usar métodos anticonceptivos tras casarse (y antes también, claro), y en muchos casos nadie les advierte nada al recibir el sacramento en situación objetiva de pecado mortal; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: la gran mayoría de fieles ha perdido ya el sentido de pecado y viven como si el pecado personal no existiera y sin que nadie les toque la conciencia desde la sana medicina de la doctrina; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: con la excusa de la pandemia se recomendó en todo el mundo recibir la comunión en la mano (consejo absurdo desde lo científico e inmoral desde lo teológico), y el consejo se convirtió en abuso clerical en muchos lugares convirtiendo en normal algo excepcional; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: la asignatura de religión en muchas naciones de tradición cristiana se ha convertido en una materia convergente con la agenda 2030 que pretende sustituir la fe católica en mera ideología; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: la celebración litúrgica de los sacramentos (sobre todo la Santa Misa) se ha convertido en muchas parroquias (y congregaciones) en un simple ejercicio de originalidad del sacerdote para manipular lo sagrado a gusto y conveniencia propia y/o de la supuesta demanda social, y llegando en muchos casos a la profanación y exaltación sacrílega; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: la predicación sobre el sexto mandamiento del decálogo ha desaparecido de tal manera que la gran mayoría de los católicos desconoce el pecado de impureza que causa, directamente, el crimen del aborto en cifras estelares y escandalosas; ¿que van a hacer al respecto?
Señores obispos: la predicación sobre los novísimos (muerte, juicio, infierno y gloria) ha desaparecido por completo (salvo excepciones que son llamativas) y una gran mayoría de católicos no cree en la existencia del infierno a la vez que creen que la salvación llega a todos sin necesidad de corresponder personalmente viviendo en Gracia de Dios; ¿que van a hacer al respecto?
……y un largo etcétera
Señores obispos: rogamos encarecidamente que se traten esos temas (vitales para la salvación eterna que es la tarea fundamental de la Iglesia) y se deje a los políticos que arreglen el supuesto cambio climático, los flujos migratorios, las energías renovables, la economía sostenible y otros tantos asuntos inmanentes que impiden a la jerarquía de hoy dedicarse a lo trascendente.
Padre Ildefonso de Asís