Este artículo se hace con la intención de poner un poco de luz al relato único de las farmas, es un esfuerzo de recopilación de todo lo publicado en estos dos años de pandemia, quiero dar las gracias al diario 16, ya que en el contexto actual es casi imposible imaginar este artículo publicado en un medio generalista. Gracias a todas las personas, médicos, científicos y divulgadores que han arriesgado sus puestos de trabajo y han puesto todo su empeño por comprender en profundidad la ola que nos estaba arrasando.
Estamos en el punto máximo del experimento en masa, esta vez con el foco en los más «peques». Queda menos de un año para que existan vacunas tradicionales y no de ARN, si es que esa es la opción que crees más conveniente para tí y para los tuyos. Estamos a punto de salir del túnel y espero que esto sirva para dar fuerzas a todas esas personas que pensaban que no existe otra alternativa.
Te animo a que no des por válida ni una sola palabra escrita en este artículo: es difícil navegar en un mar de medias verdades, estadísticas incompletas e incorrecciones intencionadas pero siempre puedes acceder a los estudios originales, para sacar tus propias conclusiones.
Vamos a tratar de sintetizar lo más relevante de lo conocido hasta la fecha en estos dos años de pandemia
1 – El covid no es fruto de una mutación natural o accidental, es un arma biológica.
Es el fruto de más de 10 años de investigación y tiene nombres y apellidos. Es importante todo este contexto, no solo para sentar en el banquillo a los autores intelectuales, y que de sus actuaciones se deriven responsabilidades penales si las hubiere en cada caso, sino para comprender, desde el punto de vista biológico, que el esfuerzo empleado durante todos estos años, para que el receptor fuera el AC2 y no cualquier otro, tenía un objetivo demostrable. La espícula S no aparece por evolución natural aparece por ganancia de función realizada a conciencia en el laboratorio de wuhan, sus rastro de publicaciones durante todos esos años lo atestiguan.
En ese artículo se explica con mucho detalle el inútil y nocivo tratamiento que se ha venido aplicando a los pacientes de COVID, es el caso de los respiradores o los antivirales cuando ya no queda virus y solo resta inflamación. Del mismo modo, aquí en España, se aplicaron protocolos recomendados por la OMS que mandaban a la gente a casa con paracetamol hasta que estuvieran graves y que su saturación de oxígeno en sangre fuese “lo suficientemente baja” para ser hospitalizados, para ser luego tratados con antivirales cuando ya habían desarrollado la insuficiencia respiratoria, a causa de las neumonías bilaterales y las temidas tormentas de citoquinas. Ahora sabemos que esto solo agrava la situación que generalmente acaba con el enfermo intubado. Resulta que el paracetamol reduce las reservas de glutatión, necesario para resolver el estrés oxidativo y la inflamación celular. Si no fuese tan dramático, resultaría incluso cómico pensar que dicha combinación sería la recomendación perfecta para matar a alguien.
2 – Sí, sí se puede incorporar el gen S de la proteína spike en el genoma del vacunado.
El artículo anterior, revisado por pares por científicos de MIT y Harvard que demuestran in vitro que fragmentos de ARN del virus, tanto de la proteína N (nucleocápside) con la proteína S (Spike) se transcriben y se integran en el ADN de las células que testaron y que después se vuelven a transcribir a ARN produciendo proteínas activas. El estudio lo realizaron para descubrir por qué las personas que habían pasado el SARS-COV-2 seguían dando positivo en PCR sin tener restos del virus en su cuerpo (sin haberse reinfectado), meses después de la infección inicial. Sospechaban que la causa pudiera ser que los fragmentos del virus se hubieran integrado en el ADN del sujeto y que su cuerpo siguiera produciendo estos fragmentos de la proteína S o la N.
Descubrieron que esto era posible por medio de retrotransposones de LINE 1. Esta cuestión, con el tiempo, podría propiciar el desarrollo de respuestas autoinmunes en los inoculados. Esto es algo que ya estamos verificando en algunos pacientes que han desarrollado tiroiditis, glomerulonefritis, síndrome nefrótico o esclerosis múltiple.
En este otro estudio, se muestra que las características de secuencia de las vacunas de ARNm cumplen con todos los requisitos conocidos para la retroposición por elementos L1, los retrotransposones autónomos más abundantes en el genoma humano.
Recordemos cómo se llenaron horas de telediarios y periódicos, durante más de un mes, con miles de “expertos” que nos decían, que la modificación del genoma del vacunado era absolutamente imposible y que por favor no se le llamase terapia génica experimental porque simplemente era una vacuna.
3 – La proteína S de la vacuna, destruye el sistema de auto reparación del ADN
Este es un estudio realizado por Hui Jiang y Ya-Fang Mei, del Departamento de Biociencias Moleculares del Instituto Wenner-Gren de la Universidad de Estocolmo y del Departamento de Microbiología Clínica de la Universidad de Umeå
En dicho estudio se concluye: “Encontramos que la proteína de espiga inhibe notablemente la formación de focos de brca1 y 53bp1 (figura 3d-g). Juntos, estos datos demuestran que la proteína de espiga de longitud completa de SARS-COV-2 inhibe la reparación del daño del ADN al impedir el reclutamiento de la proteína de reparación del ADN». El mecanismo de reparación del ADN conocido como NHEJ (Non-Homologous End Joining, o Unión de Extremos No Homólogos) es una especie de sistema de «respuesta de emergencia» intracelular que repara las roturas del ADN de doble hebra. Ningún ser humano, animal o vegetal puede sobrevivir cuando la integridad de su código genético deja de estar protegida y es constantemente reparada a través de múltiples mecanismos. En una persona normal y sana, el mecanismo NHEJ repara el ADN y evita que se produzca una mutación patógena; pero en presencia de la proteína de espiga de la «vacuna», la eficacia de la NHEJ se suprime hasta en un 90%, lo que significa que es incapaz de hacer su trabajo debido a que la capacidad de reclutar proteínas para la reparación ha sido inhibida.
El estudio publicado en la revista MDPI «Viruses», muestra que la eficacia de NHEJ se desploma en presencia de la proteína espiga de la vacuna ARNm COVID.
4- Las vacunas de ARN están diseñadas para desactivar la primera línea del sistema inmunológico natural: los receptores “Toll like”.
El ARN dura poco en sangre porque es detectado y eliminado rápidamente por el sistema inmune, tanto que, este ha sido el principal escollo y punto de investigación de los últimos 10 años. Todos los avances que se han hecho en este campo van en la dirección de desactivar los sistemas de defensas naturales. En este artículo de ARN explican los hitos más importantes de este proceso,
El truco final consiste en:
Añadir uridina sintética a la cadena de ARN para desactivar los Receptores Toll.(TLR)
Añadir cubiertas de grasa sintética, no disoluble por las proteasas o enzimas disponibles (en el siguiente punto se discute su toxicidad)
Receptores Toll: Son los encargados de definir qué células han de ser eliminadas; resultando ser el mecanismo base que elimina cualquier célula dañada o cancerígena de nuestro sistema. Podría decirse que son el primer sistema de defensa natural de nuestro organismo. En 1998 ya se demostró que los TLR son parte de la inmunidad innata en humanos y ratones, y hasta la fecha se han descubierto 11 receptores en humanos y 12 en ratones. Su rol en la respuesta inmune innata se descubrió, cuando en las investigaciones advirtieron que el receptor Toll era necesario para luchar contra infecciones fúngicas. En estos experimentos, cuando se desactivaron los receptores, los sujetos de investigación, morían por sepsis en cuestión de horas. Conclusión: Los TLR son la piedra angular de nuestro sistema inmune, los ojos de nuestro sistema inmune a través de los cuales podemos detectar o analizar cualquier patógeno.
¿Adivina cuántos receptores desactiva el tratamiento con uridina sintética que se usa en el producto de ARNm?
Desactiva exactamente tres, (TLR3,TLR7, TLR8). Conviene leer con atención esta referencia básica donde están listados todos los receptores y a qué células afecta.
En este punto, tiene que quedar claro que cualquier inyección de ARN, lleva asociado el peaje de desactivar la primera línea de defensa del sistema inmune, sin olvidarse de la toxicidad asociada a las grasas sintéticas de la envoltura. (Analizadas en el siguiente punto)
5 – Pfizer, sí conocía los efectos y riesgos de su inyección y los ocultó
Ante la exigencia por parte del gobierno de Japón de recibir información sobre la toxicidad de la inyección, Pfizer envió este informe de forma privada, casi secreta, que posteriormente vio la luz filtración mediante. Este proceso pudo costarle la cabeza al primer ministro Shinzō Abe, e incluso a su Ministro de Sanidad, y la tensión derivó en una remodelación del gobierno. Conviene recordar que el sistema japonés de aprobación de vacunas es bastante más garantista que los occidentales, debido fundamentalmente a ciertos escándalos en los procesos de aprobación de vacunas pasadas. Quizás, este documento ha sido lo más escandaloso de todo lo conocido hasta la fecha, y de todos los mencionados aquí por varios motivos:
- Implica por parte de Pfizer que sí conocían todos los efectos adversos, como denunciaron algunos ex trabajadores. Recordemos cómo explicaba en su día el CEO que se trataba de una inyección intramuscular y que la dosis estaba diseñada para que no llegase a órganos. Que la dosis se localizaba y que se había podido comprobar en los ensayos clínicos.
- Los resultados son demoledores y no se tiene en cuenta, el efecto asociado de la espícula S. En este estudio solo se analiza el efecto de la toxicidad de la grasa sintética (PEG y ALC-0315) y las uridinas sintéticas codificadas en la cadena ARN.
El informe concluye lo siguiente :
- Coagulación de la sangre poco después de la vacunación, lo que puede provocar ataques cardíacos, derrames cerebrales y trombosis venosa
- Grave daño a la fertilidad femenina
- Daño grave a los lactantes.
- Toxicidad acumulativa después de múltiples inyecciones.
Del mencionado informe de Pfizer,
En la gráfica se ve cómo al principio donde más se acumula esta grasa sintética es en el plasma, en cuestión de 1h se distribuye por todo el torrente sanguíneo. Luego en el hígado da el valor máximo a las 8h, y también inunda el bazo, cosa bastante lógica porque es donde van los macrofagos a depositar lo que han absorbido, el bazo lo encapsula en los exosomas para eliminarlo, lo vierten al torrente sanguíneo, pero en el estudio se ve, que no se detienen ahí y que pueden atravesar la barrera hematoencefálica, de hecho la deja permeable, el cerebro se inflama, y es por eso que luego se detallan todos esos efectos adversos relacionados con el sistema nervioso central, convulsiones, cefaleas, parálisis de Bell, pérdida de equilibrio y otros efectos que todavía no se conocen.
Recalcar de nuevo que en este estudio de toxicidad no se analizan los efectos de la proteína S una vez se haya sintetizado. Es decir, todas las vacunas ARN encapsuladas de esta misma forma y con una cadena modificada de ARN con uridinas sintéticas, tendrán la misma toxicidad. La decisión de la industria de desactivar los receptores Toll es un órdago que solo podría llegar a tener algo de sentido, si la proteína codificada ARN de la vacuna suministrada, diese una inmunidad totalmente contrastada, pero éste no es el caso. Ni genera inmunidad, ni evita contagio porque los antígenos que se producen para esta proteína S tiene muy poca especificidad y no son neutralizantes, comparados con los antígenos obtenidos por inmunidad natural. (esto nos lleva al siguiente punto)
6-La inmunidad natural es superior y deja en evidencia la especificidad de los linfocitos Tx producidos por la vacuna.
Abrumador recopilatorio de estudios del Instituto Brownstone. Son 81 estudios que muestran que la inmunidad natural (a raíz de haber pasado la COVID19) confiere una protección mayor y más duradera que la supuesta «inmunización» de las mal llamadas vacunas
La inmunidad de las vacunas es de corta duración y su posible beneficio comienza a desvanecerse prácticamente a los 20 días.
Realmente la información contenida en esos 81 estudios no es una sorpresa, ya que se denunció por el propio BMJ que los ensayos clínicos no fueron diseñados para ver el tipo de inmunidad que proporcionaba. Un análisis de Peter Doshi, publicado en el British Medical Journal, señala lo evidente: los fabricantes de «vacunas» han diseñado ensayos clínicos que no aportan ningún dato sobre los beneficios en relación con la mortalidad por todas las causas.
Esto tiene que ver con la especificidad de los linfocitos T que estimulan. Lo más relevante de los estudio de la la inmunidad generada post-infección
se ha comprobado que la mayor inmunidad de memoria (de linfocitos T CD4+ y CD8+) se da contra antígenos de las proteínas de membrana (M), de nucleocápside (N), y de la proteína Spike (S) del virus SARS-CoV, es decir la inmunidad generada durante una infección con el virus se da contra diversos fragmentos de diversas proteínas, mientras que la inmunidad que generan las inoculaciones de ARNm y las vectorizadas únicamente se da contra la espícula S. Con base en este estudio, sabemos que las respuestas más marcadas son contra M y N; no tanto contra S. De hecho ya en el 2014, se había reportado que las respuestas inmunes contra S a diferencia de las que se generan contra M y N, eran de muy corta duración.
Cuando se eligió la solo la proteína S, hubo muchas voces críticas que advirtieron esto, en el sentido de que no se conseguiría una inmunidad efectiva con ese antígeno S,
De hecho, se ha comprobado que las reinfecciones con SARS-CoV-2, no tienen relevancia epidemiológica, algo que no para de suceder con la inmunidad adquirida con las inyecciones de ARN.
En otras palabras, la evidencia científica disponible a la fecha indica que las personas que se recuperaron de un cuadro clínico (sintomático) generan inmunidad duradera y protectora. No así la que genera la inmunización con los productos de Pfizer/BioNTech, Moderna, J&J, Astrazeneca,
7- La dosis
Para evaluar mejor el peligro de la «vacunación» COVID, es importante saber qué cantidad de ARNm es administrada con una dosis de vacuna, es decir, cuántas células del cuerpo son estimuladas para producir la proteína espiga, y por tanto soltadas para ser destruidas por el sistema inmunitario. Por desgracia, esta información esencial no se menciona en los estudios de aprobación. Sólo existe una estimación científica del número de partículas en las que el ARNm es transportado por las nanopartículas lipídicas: unos 2.000 millones.
No todas las partículas alcanzan una célula sana y algunas células del organismo entran en contacto con más de una partícula. Además, no todas las partículas son necesariamente funcionales. Sin embargo, el número de partículas es particularmente importante si se considera que el cuerpo humano está formado por unos 37.000 millones de células. Muchas voces ya advirtieron que estas dosis eran desproporcionadas. ¿Qué sucedería si los anticuerpos del vacunado no pudiesen eliminar toda la dosis de ARNm inyectada?
Esto ya se puede ver en los efectos inflamatorios en el tejido endotelial que persisten en el tiempo. En este estudio se han encontrado hasta 20 marcadores que indican ese daño.
“Estos cambios persisten durante al menos 2,5 meses después de la segunda dosis de vacuna. Concluimos que las vacunas de ARNm aumentan drásticamente la inflamación en el endotelio y la infiltración de células T en el músculo cardíaco y pueden explicar las observaciones de aumento de trombosis, miocardiopatía y otros eventos vasculares, después de la vacunación.”
Esos marcadores que comentan, pueden ser algo abstractos, pero se pueden ver su efecto de manera más visual en esta reproducción en 3D.
8– Los test de PCR están mal diseñados, cualquier gripe y la propia vacuna darán falsos positivos
El propio CDC admite que a la hora de calibrar los test PCR para detectar la presencia del virus en los enfermos de COVID, (la mayoría de ellos asintomáticos), no disponían de un espécimen del SARS-COV-2 y decidieron «crear» su propio espécimen obtenido de un virus de resfriado común (GenBank accession: MN908947.2) y material celular humano de la línea A549, cualquier persona que esté resfriada o que esté pasando una gripe común dará positivo en el test PCR.
Por si esto no fuese suficiente, las PCR, se realizan usando más ciclos de los que la técnica de PCR puede soportar. Para quien no esté familiarizado con el término los ciclos son como los aumentos en la óptica, por lo que aumentando los ciclos se va perdiendo especificidad de la secuencia original por aumento de sensibilidad, hasta el punto que todo prácticamente acaba resultando falso positivo. Aquí podemos ver que las PCR a 13 ciclos darían un 100% de positivos, entendiendo por positivo la presencia significativa de nucleótidos del supuesto virus (si los cebadores corresponden al SARS-CoV-2) en la muestra. A partir de 35 ciclos estarían dando un 100% de falsos positivos. Solo hay que ver cuántos ciclos se han estado aplicando en las distintas comunidades autónomas, lo que supondría un gran golpe al propio relato oficial de la pandemia, en cuanto a número de casos.
Aquí pueden contrastar la fuente original para poder analizar los detalles,
Esta cuestión de los ciclos deja entrever varias preguntas Siendo el artículo de 27 de abril del 2020 no se entiende por qué se siguen haciendo PCR a 30 ciclos.
¿Se justificarían las mismas medidas coercitivas en “una ola” de 100.000 contagios, que en una ola de 1000?
9- La causalidad entre la miocarditis y la vacuna ya está demostrada
De hecho el mecanismo por el que se produce se describe aquí
Aquí tenéis un informe interesante basado en el sistema VAERS del CDC que nos muestra comparativas de casos de miocarditis y pericarditis reportadas tras las «vacunas» COVID comparándolo con la vacuna de la gripe, por edades, tras la 1ª o la 2ª dosis, por años, por edades y por «vacunas». Como se puede ver los adolescentes son los más afectados:
Este gráfico ilustra de manera elocuente la diferencia de casos de miocarditis del 2021 comparado con años anteriores.
Para el europeo medio al que los problemas de miocarditis reportados en el VAERS de EEUU le resulten muy lejanos, le ponemos un ejemplo más cercano, en este caso Alemania.
Una “innovación” que incorpora la vacuna de Pfizer para los niños de 5 a 11 años es la inclusión de un nuevo ingrediente que no tenían los productos anteriores. Se trata de tromethamine en lugar de la solución salina. En la página 14 del documento de la FDA que sigue a continuación lo podrán encontrar, y la imagen es lo mismo pero para España.
Como vemos el documento, se trata de un estabilizante de electrolitos (previene la acidosis) que se suele utilizar en el tratamiento de enfermos a los que se les ha practicado un bypass o víctimas de infarto.
Ésta es la curiosa respuesta de la “farma”, de cara a mejorar la “experiencia post-venta” y disimular esos indeseables efectos secundarios que no leerás pormenorizados en los medios de comunicación de masas. Un cambio aparentemente insignificante, por el que se sustituye la disolución salina por un estabilizante anti-infartos, siempre contando con la inestimable complicidad de la FDA y EMA, esos pretendidos organismos reguladores financiados por las mismas compañías a las que han de regular.
Según un análisis realizado por el doctor Toby Rogers, experto en riesgo-beneficio, el precio a pagar para salvar a un solo niño entre 5 y 11 años es el de sacrificar a otros 117.
Un estudio de Walach, Klement y Aukema que ha sido vuelto a publicar en la prestigiosa revista Science, Public Health Policy and the Law, revista médica revisada por pares, confirma lo mismo.
El propio estudio de Pfizer mostró cuatro veces más muertes por paro cardíaco de lo esperado en el grupo que recibió el medicamento. Esto debería ser suficiente para hacer saltar las alarmas.
Como este punto es clave para la batalla que se librará en los medios los próximos días, profundizamos algo más en los datos.
Según los datos de los CDC, en junio de 2021, el Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) informó 1.226 casos de miocarditis después de la vacunación COVID-19 y procesó 9.246 informes de eventos adversos para adolescentes de 12 a 17 años que recibieron la vacuna Pfizer entre el 14 de diciembre de 2020 y el 16 de julio de 2021. En siete meses, entre los jóvenes de 12 a 17 años que recibieron la vacuna de Pfizer se reportaron 397 informes de inflamación cardíaca y 14 muertes después de recibir la vacuna.
Sin embargo, este estudio publicado en Alemania analizó el riesgo de hospitalización, enfermedad grave y mortalidad debido al COVID-19 en niños.
y encontraron riesgos mínimos de eventos graves o muertes entre los niños.
Cuando analizaron las co-morbilidades, no pudieron encontrar un solo caso en el que un niño sano en el grupo de edad de 5 a 11 años muriera a causa de la infección por SARS-CoV-2.
Según estos documentos ningún niño sano ha muerto por a causa de la infección por SARS-CoV-2 pero ya han muerto 14 después de recibir la vacuna, pero no se preocupen porque aun así tendrán que soportar una ola de expertos circulando por los medios, apelando a lo “raro” que es, que den estos casos, para esto el marketing consiste siempre, en dar los casos de miocarditis por millón de dosis, ignorando la incidencia de fondo, recordar esta otra gráfica cuando salgan a decir que una tasa de 12 por millón es lo normal.
Gráfica del CDC, los colores en naranja demuestran que la inyección provoca más miocarditis que el promedio que tenía la población antes de la inyección (incidencia de fondo) que era 0,2 a 1,9. En el caso de niños de 12 a 15 años vacunados con la 2° dosis el aumento es aprox. 80 veces mayor que la cantidad de miocarditis antes de la inyección en ese grupo de edad.
y sobre todo no se dejará de insistir que los beneficios superan los riesgos. El siguiente titular es lo que desgraciadamente viviremos en breve. ( y esto nos lleva al siguiente punto)
10- La eficacia relativa ya ha caído por debajo del 30%. El fracaso en números
La tan cacareada y rentable declaración de eficacia (relativa) del 95%, con la que se presentaría el producto de Pfizer para su autorización de urgencia ante el panel de la FDA, se consiguió falseando parcialmente los datos presentados, en los que se excluían 3410 casos sospechosos de COVID-19 pero no confirmados de los casos totales, muy probablemente debido a falsos negativos. Si se reintegran al total esos 3410 casos sospechosos sustraídos, la eficacia relativa desciende al 19% (lo que está muy por debajo del umbral de eficacia del 50% establecido por los reguladores para la aprobación de cualquier vacuna) y la reducción del riesgo absoluto cae a un ridículo 0,08%. Es de suponer que el pelotazo bursátil que supuso la presentación en sociedad del milagroso producto de Pfizer se hubiese visto sensiblemente reducido, o quizás incluso pudiese haber devuelto a Pfizer a la quiebra técnica de la que procedía.
En el siguiente artículo pueden leer las consideraciones sobre el particular de Peter Doshi, editor del prestigioso British Medical Journal.
Este punto no tiene demasiadas sorpresas. Bastaría para ilustrar el fracaso flagrante del producto observar con cierta objetividad la estampa de hospitales repletos de vacunados.
En España, por primera vez desde que se empezó la vacunación, se han publicado los datos desglosados por vacunados y no vacunados
Aquí desglosados por tasa de incidencia
No podemos echar en cara nada a los “incautos periodistas” que abren sus telediarios anunciando a bombo y platillo una tasa de incidencia entre los no vacunados del 64 frente al escaso 23 de los ya vacunados. Son “víctimas” de un conocido efecto estadístico.
La tasa semanal se calcula en base al número de hospitalizaciones por cada 100,000 personas donde el denominador es el número promedio (para esa semana) de personas que están vacunadas y no vacunadas, pero no es correcto usar esta tasa para comparar las hospitalizaciones por estatus vacunal, porque efectivamente, cada semana hay menos no vacunados, y por eso, el denominador se va reduciendo, engordando la tasa de no vacunados de manera artificial.
Aunque haya cada vez más personas vacunadas, el número de casos de hospitalizados va en aumento (siendo de 19,227 casos en la semana del 8 al 14 de noviembre, un incremento de casi 100% que en la semana del 20 al 26 de septiembre). Si desglosamos los mismos datos del Ministerio de Sanidad en %, en lugar de tasa semanal nos saldrá esta otra tabla.
Número de hospitalizaciones UCI
Vacunados 50.8%
No vacunados 47.6%
Número de fallecidos
Vacunados 77.1%
No vacunados 20.1%
Pocos países hay que recogen estadísticas de forma detallada y sin «cocinar», como es el caso de Gran Bretaña.
Según sus datos del mes de noviembre
Número de casos:
Vacunados 60%
No vacunados 40% (cabe destacar que se incluye a niños que no han podido vacunarse y que han dado positivo)
Número de hospitalizaciones
Vacunados 64%
No vacunados 36%
Número de fallecidos con COVID (test positivo PCR)
Vacunados 80%
No vacunados 20%
Teniendo en cuenta que a fecha 4 de diciembre la población vacunada total o parcialmente en U.K. es del 75% resulta evidente que las «vacunas» han fracasado estrepitosamente en el objetivo de reducir la mortalidad de la población por COVID
Notar que en esta estadística no queda recogido el exceso de mortalidad del mes comparado con años previos. Esto nos daría una idea de las personas que habrían fallecido a consecuencia de efectos secundarios de las vacunas tales como (ictus, paradas cardio respiratorias, cáncer, etc.)
Para cerrar este punto, los siguientes estudios concluyen:
«No se encontraron diferencias significativas en los valores de umbral del ciclo entre los grupos vacunados y no vacunados, asintomáticos y sintomáticos infectados con el delta del SARS-CoV-2».
y en este otro publicado en la prestigiosa revista the lancet
Las tasas de contagio entre contactos expuestos a vacunados infectados (25%) es estadísticamente idéntica que las tasas de contacto de personas no vacunadas infectadas (23%).
La carga viral máxima no es diferente entre vacunados y no vacunados, independientemente del tipo de variante del cual se trataba.
Los casos de COVID-19 sintomáticos en personas vacunadas se ha incrementado semana a semana. Aclaro que lo que presenta Kampf, no es solamente en cuanto al número relativo de casos (el porcentaje; lo que sería esperable si en una población hay cada vez menos personas no infectadas) sino en el número absoluto de casos, que al menos en Alemania y en Inglaterra representan el doble o casi el triple de casos para la misma época el año pasado
Es evidente que lo que tenemos entre manos no es un problema de evidencia científica, lo que nos lleva al siguiente apartado…
11– La ciencia no es suficiente. El poder es la clave
Con tan solo uno de los estudios compartidos aquí, en un modelo de sociedad cabal, capaz de analizar la situación de manera objetiva, debería ser más que suficiente para parar en seco y revisar la pertinencia de estas “vacunas” de ARN.
Que los estudios científicos revisados por pares, en revistas de prestigio queden silenciados y que los principales medios de comunicación exclusivamente se hagan eco de las notas de prensa interesadas de Pfizer o Moderna, habla del tipo de sociedad en la que vivimos y las consecuencias de haber privatizado la sanidad sin restricciones. Tampoco deja en buen lugar al “periodismo” que padecemos, cuya única aspiración parece resumirse en convertir sus piezas periodísticas en publirreportajes financiados por multinacionales interesadas en colocar su producto.
Quizás pueda entenderse mejor el mecanismo por el que el establishment farmacéutico nos “convence” cuando se conoce quién se sienta en la Junta de Accionistas de los principales medios de comunicación. Puede que te suenen nombres como BlackRock o Vanguard. Quizás todavía suene más aún esa denominación peyorativa con la que en ocasiones, los medios de comunicación de masas solían referirse a ellos: fondos buitre. Un término en desuso, probablemente debido a la reciente adquisición por parte de estos “fondos buitre” de grandes paquetes accionariales en Mediaset, AtresMedia, Grupo PRISA…. Unos sencillos y humildes fondos de inversión, que en su labor filantrópica global, resultan ser también dueños de parte de las acciones de Moderna, AstraZeneca y, como no, Pfizer.
Sirva para ilustrar la encrucijada en la que nos encontramos, este video es la presentación que hizo el doctor David Wiseman, poniendo en duda la aprobación de la tercera dosis como se puede ver, valiéndose de los argumentos ya comentados en los estudios anteriormente enlazados
Pero es todavía más elocuente ver el tiempo que dedicaron a Wiseman, escasos minutos, la reunión la ventilaron en menos de tres horas, y el resultado de la votación del comité de la FDA arrojó un llamativo resultado de cero votos en contra y una sola abstención.
Que la última palabra sobre las políticas públicas de vacunación de todo el planeta, incluyendo a los niños, recaiga en estos comités, cuyos miembros actúan como meros agentes comerciales de las empresas a las que deberían de fiscalizar, continúa hablando del tipo de sociedad en la que vivimos.
Podría pensarse, que la corrupción de los reguladores es un fenómeno exclusivamente estadounidense, desgraciadamente aquí tenemos más de lo mismo. Lo documenta el abogado y divulgador Miguel Jara sobre el regulador europeo (EMA)
Una revelación explosiva hecha por Brook Jackson, quien ocupó el cargo de director regional en Ventavia, una empresa subcontratista de Pfizer a cargo de las pruebas clínicas. En declaraciones al British Medical Journal acusa a la compañía de falsificar datos, eliminar el procedimiento de control ciego y reclutar vacunadores poco capacitados.
Después de alertar a Ventavia sobre todos estos problemas, Brook Jackson cuenta cómo tras informar a la poderosa agencia estadounidense FDA por correo electrónico, lo único que consiguió fue ser despedido. Fue entonces cuando acudió al British Medical Journal, al que transmitió cumplida información sobre las prácticas fraudulentas de un laboratorio que a día de hoy es, sin el menor género de dudas, el gran beneficiado de la crisis pandémica del COVID-19.
Según el British Medical Journal, las acusaciones de Jackson fueron confirmadas por otros dos empleados de Ventavia que solicitaron el anonimato para evitar represalias. A pesar de haber sido denunciado, ni Pfizer ni la FDA lo tuvieron en cuenta antes de la aprobación de la «vacuna» de Pfizer y la autorización de la «vacuna» para niños de 5 a 11 años que comenzará a administrarse este próximo miércoles en EEUU con la autorización unánime de la FDA.
Si todavía piensas que para la aprobación de la tercera dosis han pesado más los criterios científicos y una evaluación profunda del beneficio/riesgo que los 24.000 millones que se esperan ganar en cada ronda de vacunación, es mejor que dejes de leer en este punto, y pidas tu tercera dosis.
13– ¿Qué nos queda?
Lo que sí sabemos es que la vacuna destruye parte de nuestro sistema inmunológico, los linfocitos T citotóxicos responsables de eliminar la infección, además de los anticuerpos específicos. Esto nos vuelve más vulnerables frente a nuevas infecciones de coronavirus, resfriados comunes o cualquier otro patógeno o desequilibrio del propio microbioma.
En resumen, nos espera una ola de miocarditis y enfermedades autoinmunes, podriamos poner aqui la lista de futbolistas o tenistas que ha tenido que retirarse este año por este motivo, desgraciadamente estos casos no serán atribuidos a la vacuna, sencillamente pasarán a formar parte de la mochila de la mala salud del paciente. Si este párrafo te parece excesivamente duro o exagerado, por favor abre el pdf del propio informe de Pfizer, sus conclusiones son aún más contundentes.
Pero no todo está perdido. Pese a todo lo narrado, seguimos disfrutando de un sistema inmune con miles de años de evolución, un Ferrari que solo nos pide tener el combustible adecuado : Vitamina D.
En este magnífico estudio, lo que llama poderosamente la atención es la cantidad de estadística recopilada sobre una población de más de 100 millones de personas de muchos países, y la contundencia de los resultados :
Concluyen en señalar la hipovitaminosis de vitamina D como factor determinante a la hora de contraer la enfermedad y pasarla con mayor gravedad. Es muy interesante porque hacen estudios de humedad y de frío, y llegan a la conclusión por estadística acumulada que el único factor determinante es el sol y su conocida incidencia en los niveles de vitamina D, (se necesitan 15 minutos de exposición directa a los rayos ultravioleta para fabricarla)
Para aquellos países más al norte, con menos exposición a rayos UVB, el número de casos aumenta proporcionalmente. Vendría a apuntar a la deficiencia de vitamina D como factor determinante a la hora de contraer la enfermedad y pasarla con más gravedad. En este otro estudio la conclusión va más lejos:
Cita textualmente:
“Los investigadores alemanes no solo encontraron una relación lineal entre los niveles de vitamina D y la mortalidad por COVID, sino que encontraron una morbilidad esencialmente cero para aquellos con un nivel D superior a 50 ng / ml”
Puedes leerlo varias veces y efectivamente dice: esencialmente cero, recordarlo cada vez que se hable de las inyecciones de ARN como la única vía posible para salir de la pandemia. Por supuesto existen siempre más opciones aunque se empeñen en hacerlas imperceptibles a la opinión pública.
En definitiva, con la aprobación de la vacuna para niños a partir de 5 años, el experimento en masa entra en una nueva fase.
El documento originalmente acababa en este punto, pero después de que varios padres leyeron el borrador, me dijeron “que aunque les parecía muy interesante la documentación aportada, tampoco era nada de otro mundo, de siempre se sabe que hay sus riesgos y no queda otra, si no se vacunan ahora, será más tarde”.
Me di cuenta de lo rendidos y doblegados que vivimos como sociedad, ya no se vislumbra otra alternativa que no sea vía inyección de ARN. Vamos acabar el documento con unas declaraciones de Robert Malone padre de la las vacunas ARN, más de 30 años en el campo, candidato al premio a nobel en múltiples ocasiones, creo que él resume mejor el espíritu de los datos enlazados.
Robert Malone:
“Antes de inyectar a su hijo, una decisión que es irreversible, quería informarle los hechos científicos sobre esta vacuna genética, que se basa en la tecnología de la vacuna de ARNm que yo creé:
Hay tres cuestiones que los padres deben comprender:
● La primera es que se inyectará un gen viral en las células de sus hijos. Este gen obliga al cuerpo de su hijo a producir proteínas de pico tóxicas. Estas proteínas a menudo causan daños permanentes en los órganos críticos de los niños, incluidos
○ Su cerebro y sistema nervioso
○ Su corazón y vasos sanguíneos, incluidos los coágulos de sangre.
○ Su sistema reproductivo
○ Y esta vacuna puede desencadenar cambios fundamentales en su sistema inmunológico.
El punto más alarmante de esto es que una vez ocurridos estos daños, son irreparables.
○ No puedes arreglar las lesiones dentro de su cerebro.
○ No se pueden reparar las cicatrices del tejido cardíaco
○ No puede reparar un sistema inmunológico restablecido genéticamente y
○ Esta vacuna puede causar daños reproductivos que podrían afectar a las generaciones futuras de su familia.
● Lo segundo que debe saber es el hecho de que esta nueva tecnología no se ha probado adecuadamente.
○ Necesitamos al menos 5 años de pruebas / investigación antes de que podamos comprender realmente los riesgos
○ Los daños y riesgos de los nuevos medicamentos a menudo se revelan muchos años después.
● Pregúntese si quiere que su propio hijo sea parte del experimento médico más radical de la historia de la humanidad.
● Un último punto: la razón por la que le están dando para vacunar a su hijo es una mentira.
○ Sus hijos no representan ningún peligro para sus padres o abuelos.
○ En realidad, es todo lo contrario. Su inmunidad, después de contraer COVID, es fundamental para salvar a su familia, si no al mundo, de esta enfermedad.
El análisis de riesgo/beneficio ni siquiera está cerca.
Como padre y abuelo, mi recomendación es que resista y luche para proteger a sus hijos.
Jesús Villajos Barba
Licenciado en ciencias Físicas por la UAM. DEA en Biomedicina Molecular por la UAM.