La enseñanza de la Iglesia ha sido clara y consistente, reiterada más recientemente en Dic-21-2020 por la Congregación de la Doctrina de la Fe en el documento llamado “Nota sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra la Covid-19”, con la aprobación de Francisco en Dic-17-2020:
“Es evidente para la razón práctica que la vacunación no es, por regla general, una obligación moral y que, por lo tanto, la vacunación debe ser voluntaria”. Punto.
No obstante, en su discurso de hoy ante los representantes del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, Francisco se ha referido de forma ambigua a las vacunas, con las siguientes palabras.
...es importante que se continúen los esfuerzos para inmunizar a la población lo más que se pueda (1).
Esto requiere un múltiple compromiso a nivel personal, político y de la comunidad internacional en su conjunto. En primer lugar, a nivel personal. Todos tenemos la responsabilidad de cuidar de nosotros mismos y de nuestra salud, lo que se traduce también en el respeto por la salud de quien está cerca de nosotros. El cuidado de la salud constituye una obligación moral.(2).
Lamentablemente, cada vez más constatamos cómo vivimos en un mundo de fuertes contrastes ideológicos. Muchas veces nos dejamos influenciar por la ideología del momento, a menudo basada en noticias sin fundamento o en hechos poco documentados.(3)
Toda afirmación ideológica cercena los vínculos que la razón humana tiene con la realidad objetiva de las cosas. En cambio, la pandemia nos impone una suerte de “cura de realidad”, que requiere afrontar el problema y adoptar los remedios adecuados para resolverlo. Las vacunas no son instrumentos mágicos de curación, sino que representan ciertamente, junto con los tratamientos que se están desarrollando, la solución más razonable para la prevención de la enfermedad.(4)
“El cuidado de la salud constituye una obligación moral”: debido a la ambigüedad de la fraseología empleada con la que ha sido proferida esa frase, se dice ya que las vacunas son una obligación moral. Desastroso.
Es así como los medios de comunicación han comenzado a divulgar la mentira. La agencia Associated Press, en un despacho (inglés, español) firmado por su corresponsal en el Vaticano, abre afirmando:
ROMA (AP) - El papa Francisco sugirió el lunes que vacunarse contra el coronavirus es una “obligación moral” y condenó cómo la gente se ha visto influida por “información sin base” para rechazar una de las formas más efectivas para salvar vidas.
[ROME (AP) — Pope Francis suggested Monday that getting vaccinated against the coronavirus was a “moral obligation" and denounced how people had been swayed by “baseless information” to refuse one of the most effective measures to save lives.]
CUATRO NOTAS CON RESPECTO A ALGUNAS AFIRMACIONES REALIZADAS POR EL PAPA FRANCISCO
(1) Lo cual es falso, dado que, como bien se sabe, las vacunas no inmunizan.
(2) Precisamente porque debemos de cuidar de nosotros y de los que nos rodean, es mejor no vacunarse, puesto que se han encontrado muchos efectos adversos posteriores a las inoculaciones (que no vacunas), que incluso han llevado a la muerte a quienes han pasado por el aro de la "vacunación". El que no se vacuna no está más expuesto a la enfermedad del Covid; más bien es lo contrario. Por cierto, existe una inmunidad natural que es mucho más efectiva que la que podrían producir esas "vacunas" ... pero de esto no se habla.
(3) Y así es. Pero quien está poco documentado aquí es Francisco, cuyas fuentes de información son las que se corresponden con los intereses de las farmaceúticas así como de la agenda 2030. Esto sí que es ideología y, por lo tanto, falsedad. La realidad está más cercana de aquellos que han estudiado este tema científicamente y sin ningún tipo de interés económico, ni político ... esos a quienes se les prohíbe hablar y discrepar, porque poseen argumentos científicos firmes, que se pueden probar. No se tiene con ellos ningún tipo de debate científico serio, lo cual es como para pensárselo bien antes de actuar. Gran parte de la humanidad está siendo engañada por los Mass Media, y hablar de este modo no hace sino dar lugar a que haya gente que piense que Francisco tiene razón en lo que dice. Y no es así. Éste no es un tema de su competencia. Además, Francisco se desdice de lo que él mismo dijo en diciembre de 2020: "La vacunación no es una obligación moral y, por lo tanto, debe de ser voluntaria". No hace bien Francisco hablando como ahora lo hace, pues crea confusión entre la gente pues, además, ni siquiera es coherente consigo mismo.
(4) ¿Realmente piensa Francisco que las vacunas son el medio más razonable para la prevención? Bien, podrá creerlo, pero desde luego se trata de un acto de fe y, como todo acto de fe, debe de ser libre. Francisco "cree" en las vacunas. Yo no "creo" en las vacunas. Los dos ejercemos nuestra libertad de creer una cosa u otra. Pero no se puede obligar a nadie a creer en la efectividad de las vacunas. No se ha demostrado científicamente tal efectividad. Es más, las pruebas científicas que se tienen (las de los científicos que no se han vendido al Sistema) son más bien contrarias a esa idea de la "obligatoriedad" de las vacunas.
Desde mi más profundo respeto por el Vicario de Cristo en la Tierra, considero que Francisco comete un error al pronunciarse sobre temas que no son de su competencia. Y, como hermanos que somos, en el Señor, todos los cristianos, considero que es mi deber corregirle. Es lo que, entre los cristianos, se llama corrección fraterna, la cual debe de hacerse siempre en la verdad y con caridad.
Aunque lo más cómodo sea mirar para otro lado y dejar hacer, puesto que, además, se trata, nada menos, que del Papa, sin embargo, y por ello mismo, dada la influencia que sus palabras tienen en el pueblo cristiano, no se puede consentir que éstas, si son erróneas, se difundan como verdaderas. Un deber de caridad impulsa al cristiano al ejercicio de la corrección fraterna, por el bien de todo el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia, y del que formamos parte todos los bautizados.
La corrección fraterna al Papa, en este caso concreto, está relacionada con la confusión que sus palabras crean entre la gente, sobre todo entre los católicos, y que provocan división y enfrentamientos; pues, para más INRI, los Mass Media, como esclavos del Sistema, ya se encargan de dar a conocer rápidamente esta noticia, en el sentido que a ellos les conviene; esto es algo que pueden hacer perfectamente debido a la ambigüedad de las palabras usadas por Francisco. Y eso no es bueno.
Debemos rezar por el papa Francisco y por la salud de la Iglesia, para que ésta se mantenga siempre fiel al Mensaje de Jesucristo y a la Tradición de dos milenios.
José Martí