El cardenal George Pell, que desde su exoneración judicial se expresa con una libertad inusual entre sus colegas, ha concedido al periodista británico Damian Thompson, de The Spectator, una amplia entrevista en la que se muestra crítico con el acuerdo del Vaticano de 2018 con Pekín y especialmente con el secretismo que lo rodea.
«Sé que la alta jerarquía vaticana está muy insatisfecha con la forma en que está funcionando”, asegura el exprefecto de Economía de la Curia. El cardenal australiano se refiere a los resultados del pacto secreto firmado por el Vaticano con las autoridades comunistas chinas en 2018, por el que el Partido Comunista Chino elige a los obispos, cuyos nombramientos luego son aprobados por el Papa Francisco.
“El acuerdo existe para tratar de conseguir un poco de espacio para los católicos. Obviamente eso es más que deseable de elogio”, asegura Pell. “Pero no creo que hayamos ganado nada. Las persecuciones parecen continuar. En algunos lugares han empeorado. Nadie fuera de un pequeño círculo conoce los detalles del acuerdo, lo que me parece bastante irregular”.
El cardenal fue encarcelado en su Australia natal acusado falsamente de abusos sexuales antes de ser absuelto por el Tribunal Supremo del país. Se cree que sus enemigos en el Vaticano jugaron un papel en incriminarlo. En la entrevista, Pell no habla de su propia experiencia, pero expresa su preocupación por la falta de transparencia en el juicio en curso en el Vaticano del cardenal Angelo Becciu, exjefe de gabinete del Papa, y sus asociados, acusados de cometer grandes -fraude de venta.
Mientras afirma su lealtad al Papa Francisco, Pell también deja en claro su descontento con la decisión repentina del año pasado de restringir las celebraciones de la misa tradicional en latín. «Creo que fue una decisión muy desafortunada y también un poco inexplicable», dice. . Pero aconseja a los tradicionalistas que mantengan la calma, porque hay señales de que la línea dura adoptada por el jefe de la liturgia del Vaticano, el arzobispo Arthur Roche, nacido en Yorkshire, ya se está reconsiderando.
El mes pasado, el Papa Francisco le dijo a la tradicionalista Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP) que podría continuar celebrando la Misa y otros sacramentos usando el antiguo Misal, otorgándoles un mayor grado de libertad que el que Roche favorecía. El cardenal Pell dice que ‘la hipótesis de trabajo’ debería ser que los derechos reconocidos a la FSSP también se extiendan a otras fraternidades sacerdotales tradicionalistas, como el Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote (ICKSP).
Carlos Esteban