Esta benemérita web ha dedicado al execrable crimen del aborto numerosos artículos propios y de otros, desarrollando una labor encomiable dentro de sus posibilidades.
Al caso Roe v. Wade (1973) –hay otra sentencia más del Tribunal Supremo, Planned Parenthood v. Casey (1992), vetando ambas en síntesis hasta ahora prohibir el aborto en todo el país hasta la viabilidad del feto, es decir, cuando puede vivir fuera del útero, lo que, según el Supremo estaba entre 23 y 24 semanas– con el cual se abrió la caja de Pandora de tan brutal crimen le dedicó dos interesantísimos AQUÍ y AQUÍ.
Pues bien, como seguro que muchos saben, el Tribunal Supremo estadounidense, es decir y a la sazón su tribunal constitucional, ha fallado por cinco votos (tres de ellos jueces designados en su día por Trump) contra tres lo siguiente:
“Es hora de hacer caso a la Constitución y devolver la cuestión del aborto a los representantes elegidos por el pueblo (…) [La sentencia] Roe era escandalosamente incorrecta y contraria con la Constitución desde el día que se decidió”.“Consideramos que [las sentencias] Roe y Casey deben ser anuladas. La Constitución no hace ninguna referencia al aborto y tal derecho no está protegido implícitamente en ninguna provisión constitucional (…) Esta provisión se ha utilizado para garantizar algunos derechos que no se mencionan en la Constitución, pero estos deben estar profundamente arraigados en la historia y tradición de la nación e implícitos en el concepto de libertad ordenada”“El derecho al aborto no cae en esta categoría. Hasta la última parte del siglo XX, tal derecho era totalmente desconocido para la legislación estadounidense. De hecho, cuando se aprobó la enmienda número 14 de la Constitución, tres cuartas partes de los estados consideraban el aborto como un crimen en todas las fases del embarazo”.“[La sentencia] Roe estaba claramente mal desde su inicio. Su razonamiento era excepcionalmente débil y la decisión ha tenido consecuencias dañinas. Lejos de traer un acuerdo nacional sobre el aborto, Roe y Casey han inflamado el debate y aumentado la división”.
Lo que significa esta nueva sentencia del Supremo norteamericano, en síntesis, es lo siguiente:
- Cada Estado será libre de regular sobre el aborto.
- Se cree que hasta 26 Estados, la mitad del país, podrían prohibirlo en breve.
Ya había 13 Estados con leyes aprobadas que prohibían el aborto pero que estaban a la espera de esta nueva sentencia y que anuncian que entrarán en vigor ya.
Otros nueve Estados tienen leyes aprobadas desde antes de Roe v. Wade que prohíben el aborto y que habían quedado anuladas por aquella sentencia del Supremo por lo que ahora también entrarán en vigor.
Doce Estados tienen leyes aprobadas que prohíben el aborto a partir del segundo mes o antes y que ahora se refuerzan.
Hay cuatro Estados que prohíben el derecho al aborto en sus constituciones saliendo así ahora también reforzados.
Así pues, puede que poco a poco el crimen del aborto en los EEUU si bien no desaparezca, sí que disminuya notablemente y, en cualquier caso, es un paso positivo y firme hacia la extinción de semejante abominación, al tiempo que un triunfo, aunque no definitivo, de cuantos con valentía y tenacidad viene luchando contra tal lacra.
A ver si ahora el indigno Tribunal Constitucional español, que lleva más de una década retrasando el penoso y cobarde recurso del PP, dicta por fin sentencia y se da también aquí un primer paso para acabar con esta industria asesina; aunque, dado como estamos en España, queda mucho, muchísimo por hacer.
Enrique de Aguilar