La mascarilla dejará de ser obligatoria en los interiores en España a partir del 13 de abril, según fuentes del Ministerio de Sanidad consultadas por OKDIARIO.
Pedro Sánchez aprovechará así la Semana Santa para vender la medida como un favor del Gobierno de cara a poder disfrutar sin el molesto cubrebocas de unos días en los que muchos españoles se toman un descanso. España se convierte, así, en uno de los últimos países de la UE en dejar atrás la mascarilla obligatoria, que se mantendrá únicamente en hospitales y transportes públicos.
Mientras ya son once los países europeos que han levantado la obligación de usar la mascarilla en interiores -Reino Unido, Escocia, Bélgica, Suecia, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Hungría y Francia- en España el presidente Pedro Sánchez barajaba opciones en base a criterios más políticos que sanitarios sobre cuándo dejar de imponerla de forma obligatoria para espacios cerrados, ya que desde el pasado 10 de febrero dejó de ser obligatoria en espacios exteriores. Hasta EEUU ha relajado el uso de mascarillas en interiores para el 70% de la población. Por ese motivo, OKDIARIO lanzó la campaña «¡Mascarillas fuera… de una vez!».
«Un día menos». Con esta parsimonia respondió Sánchez al ser interpelado este miércoles por el final de las mascarillas en interiores en España por el diputado Guillermo Díaz, de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados. «Eso le pregunto yo a la Ministra de Sanidad y ella me responde que tendremos que esperar al consenso de la comunidad científica y del conjunto de comunidades autónomas», añadió socarrón Sánchez para rematar así el cachondeo: «Ya queda un día menos para que esa obligatoriedad sea levantada».
La propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, ya había avanzado que el fin de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en interiores llegaría «más pronto que tarde» debido a la tendencia de los datos epidemiológicos y asistenciales de la Covid.
Darias recordó en una entrevista en Televisión Canaria que ya no hay que obligatoriedad en exteriores y apuntó que los indicadores que más impactan, los de capacidad asistencial, siguen con una tendencia de descenso, no así la Incidencia Acumulada, que a 14 días se ha estabilizado y a 7 días registra un ligero incremento en algunas comunidades autónomas.
«Vamos a ver si estos datos se consolidan y estoy segura de que más pronto que tarde estaremos en esa fecha tan esperada». El anuncio de la retirada definitiva de las mascarillas en prácticamente todos los ámbitos va a coincidir con el segundo aniversario de la declaración del primer decreto de estado de alarma por parte del Gobierno para hacer frente a la pandemia de coronavirus que unos meses antes había comenzado en China.
Han sido dos largos años los transcurridos desde aquel primer decreto de alarma y las seis olas del coronavirus que han tenido a los españoles en tensión. En total, fueron nueve meses y tres semanas bajo el estado de alarma entre 2020 y 2021. Dos años en los que se ha luchado contra múltiples variantes del virus; experimentado una campaña de vacunación masiva de la población y con medidas restrictivas que se han ido modulando en función de la propagación y la intensidad de la pandemia en cada momento.
El 14 de marzo de 2020, Sánchez comparecía ante los medios de comunicación, de manera telemática, para anunciar en tono de gravedad las «decisiones extraordinarias» que había adoptado el Gobierno para «proteger a los españoles y ganar al virus».
Esa decisión era la aplicación de medidas tan duras como el confinamiento de todos los ciudadanos cuyos trabajos no resultaran esenciales y que se amparó bajo el paraguas de un decreto de alarma, un instrumento constitucional que se aplicaba por primera vez en España para toda la población y que resultó ser el más duro de los dos que se aplicaron durante la pandemia.
Se prohibió a los ciudadanos salir a la calle e incluso pasear, salvo que tuvieran animal de compañía, se cerraron negocios, los colegios y universidades, toda la restauración, se suspendieron los viajes en trenes, aviones y barcos y se aplicaron expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) a buena parte de la fuerza de trabajo del país.