Hoy ha habido polémica, como ya ha ocurrido otras veces, con una entrevista concedida por el Papa Francisco a un medio de comunicación italiano.
Francisco dice que pidió a Ucrania y a Rusia que «paren»
Esta vez el medio en cuestión el Corriere della Sera. El texto original de la entrevista en italiano se puede leer aquí. A su vez, VaticanNews ha publicado una versión en español, pero para mi sorpresa, algunas partes de ambas no coinciden entre sí. Y se trata, además, de cambios importantes en algún caso. En lo que coinciden, por ejemplo, es en que el Papa Francisco pidió a Ucrania y a Rusia que “paren”, en referencia a los combates.
Supongo que el Papa se da cuenta de que si Rusia detiene sus armas, la invasión acaba, pero si Ucrania detiene sus armas y renuncia a defenderse, la que se acaba es Ucrania. No se puede pedir lo mismo al invasor y al invadido, porque al hacerlo los equiparas, y no es moralmente equiparable invadir un país como lo ha hecho Rusia, que defender tu país de una invasión como lo hace Ucrania.
Afirma que Putin reaccionó a «los ladridos de la OTAN a la puerta de Rusia»
Por otra parte, en el texto del Corriere, el Papa dice:
La preocupación del Papa Francisco es que Putin, de momento, no se detenga. También trata de pensar en las raíces de este comportamiento, en las razones que lo empujan a una guerra tan brutal. Tal vez “los ladridos de la OTAN a la puerta de Rusia” llevaron al jefe del Kremlin a reaccionar mal y desencadenar un conflicto. “Una ira que no puedo decir si fue provocada -se pregunta- pero tal vez facilitada, sí”.
VaticanNews coincide en este punto. Así pues, el portal de noticias del Vaticano reconoce que el Papa atribuyó a los “ladridos de la OTAN” el hecho de que Putin haya invadido Ucrania. Francisco no explica en ningún momento a qué “ladridos” se refiere, pero no podemos obviar el pasmoso parecido entre esa declaración y las que vienen haciendo el Kremlin y sus propagandistas. La realidad es que la invasión rusa de Ucrania tiene un único responsable: Vladimir Putin. Fue Rusia la que, a su orden y durante meses, se dedicó a acumular tropas junto a la frontera ucraniana. Y lógicamente, la OTAN alertó de lo que eso significaba, y al final resultó tener la razón.
La declaración de Francisco es como culpar del acto de un criminal a los “ladridos” de un policía que le advirtió que no lo hiciese. Es una forma de disculpar la decisión de Putin sobre esta invasión, viniendo a decir que le provocaron. El viejo argumento de la minifalda. Me parece lamentable ver a un Papa haciendo una declaración así. Francisco se ha acostumbrado a hablar como un político, utilizando su papel de Papa para hacer declaraciones impropias de su cargo. Y la citada no es la única que hace en dicha entrevista.
La invasión rusa de Ucrania y la Guerra Civil Española, ¿provocadas por el tráfico de armas?
En el texto publicado por el Corriere, el entrevistador también hace alusión al envío de armas de países de la OTAN a Ucrania. “Un tema en el que no todos están de acuerdo, que divide el mundo católico y el pacifista”, afirma Luciano Fontana, el entrevistador. El diario italiano cita estas palabras de Francisco al respecto:
No puedo responder, estoy demasiado lejos, a la pregunta de si es correcto abastecer a los ucranianos -razona-. Lo claro es que se están probando armas en esa tierra. Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas. Las guerras se libran para esto: para probar las armas que hemos producido. Este fue el caso de la Guerra Civil Española antes de la Segunda Guerra Mundial. El comercio de armas es un escándalo, pocos se oponen.
Ya hablé aquí en 2020 sobre este tema recurrente en el discurso de Francisco, que consiste en culpar de las guerras, como vuelve a hacer en esa entrevista, a los instrumentos que se utilizan en ellas, y no a los que las provocan. Es tan discutible como decir que la culpa de los atracos con cuchillos la tienen los fabricantes de cuchillos. En realidad la tienen los atracadores. Y ya que hablamos de atracos, hay que recordar que las armas sirven, entre otras cosas, para defendernos de quien amenaza nuestras vidas. Para eso las llevan los ejércitos y los cuerpos policiales, entre ellos la Guardia Suiza Pontificia y la Gendarmería Vaticana (ya indiqué aquí las armas de fuego que usan).
Obviamente, en un mundo donde toda la gente fuese buena, las armas sólo harían falta para la caza. Aunque cabe preguntarse si Francisco también condena la fabricación de armas para esos fines, porque es otro de los usos que tienen. Obviamente, no vivimos en un mundo perfecto debido al pecado original, como señala la propia Biblia. Eso significa que “mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente y provista de la fuerza correspondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa“. No son palabras mías, sino que lo dice el Catecismo de la Iglesia Católica (punto 2308).
Lo que pasó en los momentos previos a la Guerra Civil Española
Sobre la Guerra Civil Española, la opinión del Papa resulta tan discutible como sus palabras sobre la OTAN. En 1936 había en España un gobierno de extrema izquierda formado por políticos que habían provocado un golpe de Estado en 1934 y que estaba tolerando graves desórdenes y crímenes a manos de sus partidarios. La situación llegó a su extremo con el asesinato de uno de los líderes de la oposición, José Calvo Sotelo, un hecho que muchos historiadores consideran como uno de los detonantes de esa Guerra Civil. Durante la misma, el bando republicano se convirtió de hecho en algo muy parecido a una dictadura soviética, y perpetró una brutal persecución religiosa con miles de católicos asesinados por razón de su fe.
Me pregunto si se supone que debemos obviar todos estos hechos para afirmar, sin más, que la Guerra Civil Española la provocaron los fabricantes de armas, simplemente porque ésa es la idea que el Papa Francisco repite una y otra vez, incluso en una guerra como la de Ucrania, en la que los rusos están utilizando tanques, aviones y barcos obsoletos.
El problema cuando el Papa habla como un político
Por supuesto, yo no digo que tenga la razón. Mis opiniones sobre los temas que acabamos de ver son tan discutibles como las expresadas por Francisco. Obviamente, lo que opine yo sobre cualquier tema le importa poco o nada a la práctica totalidad de la humanidad. No es el caso de Francisco. El Papa es un referente religioso para muchos millones de católicos, y no debería hablar tan a la ligera. Y si lo hace, tendrá que asumir que muchos católicos mostremos nuestro desacuerdo y, en casos como éste, incluso nuestro descontento.
El problema es que algunos católicos -y ahora también muchos ateos anticatólicos- no son capaces de distinguir entre las afirmaciones opinables del Papa y las que sientan cátedra, y cualquier discrepancia de las cosas opinables que dice el Papa Francisco la toman como algo censurable, como si uno fuese un mal católico y estuviese cuestionando la misma autoridad del Papa sobre cuestiones religiosas. Es como los que no saben distinguir entre un decreto aprobado por el Consejo de Ministros y la opinión de Pedro Sánchez sobre un partido de fútbol. En fin, allá ellos.
Elentir