Este domingo se celebraron las elecciones al Parlamento de Andalucía, que el Partido Popular ha ganado con una clara mayoría absoluta.
El éxito del PP y el descalabro de PSOE, podemitas y Ciudadanos
Los resultados del PP son ciertamente sorprendentes: de 750.778 votos (un 20,75%) y 26 escaños en 2018 pasa a 1,58 millones de votos (el 43,13%) y 58 escaños, según los resultados oficiales provisionales. Los datos más llamativos de la jornada son los de los socialistas y los comunistas. El PSOE pierde más de 127.000 votos y 3 escaños, y las escisiones podemitas pierden más de 136.000 votos y pasan de 17 escaños a sólo 7 entre sus dos candidaturas.
En estas elecciones, el mayor descalabro lo sufre Ciudadanos: de 661.371 votos y 21 escaños pasa a 120.870 votos sin ningún escaño. Un final previsible para un partido que se ha ganado a pulso el apodo de “veleta naranja”, intentando captar votos de centro-derecha para hacer políticas progres.
VOX se consolida e incluso sube más de 97.000 votos
Aunque algunos vean malo el resultado, Vox puede celebrar ser el único partido que sube además del PP: gana más de 97.000 votos y añade 2 escaños a los 12 que ya tenía, convirtiéndose en tercera fuerza (en las elecciones andaluzas de 2018 fue la quinta) y dobla en escaños a los partidos de la extrema izquierda. Es el único partido que no ha perdido votos a favor del PP, a juzgar por los resultados. Esto demuestra que Vox tiene un electorado fiel, y además de conservarlo ha logrado ampliarlo, incluso teniendo todos los medios públicos y subvencionados en contra, empezando por Canal Sur, que ha pasado de ser un órgano de propaganda al servicio del PSOE a estar al servicio del PP.
Obviamente, el buen resultado de Vox resulta agridulce por dos motivos. El primero es que no consigue ser llave para gobernar, como sí ocurrió en Madrid y en Castilla y León, debido a la mayoría absoluta alcanzada por el PP en Andalucía. El segundo motivo es que se inflaron mucho las expectativas de Vox, no tanto por el propio partido como por las encuestas. De todas las realizadas desde abril, sólo dos otorgaban 14 escaños a ese partido y lo hacían en la parte baja de la orquilla. Todas las demás daban mejores resultados. Esto debería servirnos de lección a todos. Una encuesta que otorga un buen resultado a tu partido puede ser utilizada como una herramienta de propaganda a tu favor, pero también puede ser un caramelo envenenado para movilizar a tus rivales o desmoralizar a tus seguidores el día de las elecciones porque esperaban algo mejor.
Lo que cabe celebrar y lo que no es como para tirar cohetes
Por supuesto, el tortazo electoral que se han pegado el PSOE, los comunistas y Cs me parece digno de celebrar, pues este revés electoral servirá, tal vez, para desinflar sus posibilidades de éxito en las elecciones generales de 2023.
No obstante, la gente de derechas que se lanza a celebrar con euforia este descalabro de la izquierda debería tener en cuenta algunos datos. Para empezar, los más de 831.000 votos que ha subido el partido de Juanma Moreno han salido de la izquierda, tanto de Ciudadanos como del PSOE y de las candidaturas comunistas que pululaban en torno a Podemos. Y esto ha ocurrido tras un intento del PP de captar votantes de izquierdas con el reclamo de “parar” a Vox. Todo parece indicar que ese intento ha tenido éxito.
Lo que puede pasar con el PP tras estas elecciones
Por otra parte, y como ya señalé aquí el sábado, el PP es un partido que ya difícilmente puede ser encuadrado en el centro-derecha. Ha ido asumiendo dogmas ideológicos de la izquierda hasta sostener lo mismo que ella en diversos ámbitos. Como ya vimos durante el mandato de Rajoy, un gobierno del PP con mayoría absoluta sólo sirve para dejar intactas las leyes ideológicas de la izquierda, e incluso añadir más (como pasó en varias comunidades con las leyes de género). El resultado de ayer servirá para que en Andalucía ocurra lo mismo que en Galicia, donde es el PP el que impone los dictados progres con su mayoría absoluta (y esto lo escribe un gallego, por si alguno no lo sabe).
Ante ese escenario, con un PP que no va a tener el menor interés por derogar los disparates de la izquierda, Vox va a estar en el sitio donde hace falta: una oposición que sea firme y sin tapujos frente a un PP claramente progre. Andalucía permitirá demostrar, al igual que Galicia, la diferencia que hay entre tener al PP con mayoría absoluta y dejando intacto todo el legado de la izquierda, y Castilla y León, donde el PP tiene la presión de Vox. Veremos ahora si el reclamo del PP para “parar” a Vox fue sólo un truco para ganar votos o si el PP se cree en verdad esa consigna y sigue desarrollándola, poniendo ese rechazo a Vox por encima del propósito de echar a la izquierda del poder. En el segundo caso, aunque Sánchez pierda las próximas elecciones, su proyecto ideológico seguiría intacto, como lo hizo el proyecto de Zapatero tras la victoria de Rajoy.
Elentir