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viernes, 29 de septiembre de 2023

Criterios sobre las apariciones | Actualidad Comentada | 17-05-2024 | Pbro. Santiago Martín FM




Duración 16:01 minutos

EL PRESIDENTE MÁS CORRUPTO DE LA HISTORIA DEBE PAGAR




Esta mañana Santiago Abascal ha intervenido en la segunda sesión de investidura de Feijóo. Durante su discurso ha reiterado que VOX votará a favor de su investidura ya que ambos tienen enfrente a Pedro Sánchez: un político sin escrúpulos, capaz de pactar con quienes asesinaban a sus propios compañeros socialistas. Un político que no cree en nada más que en sí mismo y en la manera de perpetuarse en el poder.

Así, Abascal ha denunciado que el hecho de que un político como Pedro Sánchez ofrezca la amnistía a otro político, como el prófugo Puigdemont, es un acto de corrupción. Pedro Sánchez es el político más corrupto de la Historia de España porque es capaz de arrebatarle a los españoles lo más preciado que tienen. Y es capaz de hacerlo en contra de su propia palabra, de los tribunales que condenaron a los golpistas y del pueblo español.

En relación con Feijóo, Abascal ha celebrado que tenga límites morales, al contrario que Pedro Sánchez, pero eso no le ha impedido criticar que el PP se haya negado a ilegalizar a Bildu siempre que se ha presentado en el Congreso una iniciativa para ello.

Si quieres ver el discurso íntegro de Santiago Abascal, pincha aquí o en la imagen que tienes a continuación.

DURACIÓN 5:32 MINUTOS


Felipe VI debe negar a Sánchez la formación de Gobierno. Ahora todo depende de él




Lo cuenta José Ángel Gutiérrez en su crónica de la segunda jornada de la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo que acabó como la primera: no será presidente del Gobierno al perder por 172 votos a favor y 177 en contra (un error de un diputado l de Junts, que votó sí). Es decir, lo mismo que el miércoles: le han faltado cuatro votos.


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Atención a las palabras de la representante de ERC en el Congreso: la diputada de ERC Teresa Jordà, que hace su discurso en catalán, ha exhalado: "Me parece una vergüenza que le haya designado candidato cuando no tiene los votos para ser investido. El Rey vuelve a tomar partido como ya lo hizo antes. Los votos de ERC estarán siempre en la defensa y el servicio de los intereses de Cataluña, y de los derechos de los catalanes y catalanas". "Hoy volveremos a decir 'no' a este vodevil. Recordamos los palos que, en nombre de su partido, recibimos el 1 de octubre".
Ataque de ERC a SM El Rey, que no es sino el suma y sigue de las andanada que, sin venir a cuento, lanza al monarca el portavoz de ERC Gabriel Rufián, como su mismo nombre indica.
Y  todo el Sanchismo, y por eso entiendo a socialistas, comunistas, separatistas y proetarras, saben, perfectamente, que el Monarca puede no nombrar a Sánchez como candidato a la Presidencia del Gobierno y por ejemplo, forzar otras elecciones. Así que ya han empezado a amenazar al Monarca.
En cualquier caso, el Rey debe ser valiente y acabar con lo que Cuca Gamarra calificó como 'virus sanchista'. Sánchez y sus socios vuelven a amenazar al Rey pero el Monarca debe cumplir con su obligación. Ahora, todo está en sus manos pero Sánchez y sus socios ya han empezado a amenazarle, según el guión previsto.

El Papa Francisco y sus cabreados curas de Roma



Los fieles no acuden a los actos del Papa Francisco y al Papa Francisco no le gusta estar con sus curas diocesanos de Roma. 

Ayer, el Papa Francisco se dirigió a la parroquia de Santa María della Salute, en el barrio de Primavalle, invitado por Baldassare, Vicegerente de la diócesis de Roma y obispo auxiliar del sector occidental , a reunirse con los prefectos de su sector y los párrocos de la XXXIV Prefectura. 

La escenografía cuidada, en el interior del Teatro Miguel Ángel, vacío de sillas y presidido por una cruz. Los sacerdotes de la diócesis de Roma presentes no tuvieron ningún miedo de decirle al Papa que se sienten acusados ​​por él y siempre reprendidos. No faltaron críticas sobre la reforma del Vicariato y tienen la impresión de que dirige la diócesis de Roma con un método más empresarial que pastoral. Dejaron muy claro que la elección de Michele Di Tolve como como rector de su seminario era inapropiada. Están dolidos por el mensaje del Papa Francisco que no encuentra en toda su diócesis un sacerdote capaz de formar a los futuros sacerdotes de Roma. El Papa Francisco tiene la intención de reunirse también con los demás sectores, evitando una reunión con todos los sacerdotes de su diócesis.

Hace años que el Papa no se reune, todos juntos, con los sacerdotes romanos. Aunque sigue diciendo que es «obispo de Roma» y firma documentos de San Juan de Letrán, parece tener miedo de encontrarse cara a cara con sus sacerdotes. Una situación similar se vivió en el seno de la Compañía de Jesús donde había dividido completamente la provincia argentina: “Pro Bergoglio” y “Contra Bergoglio” y por este motivo fue enviado a Alemania. Utiliza el mismo método ahora en el Vaticano, sólo se encuentra con aquellos que están dispuestos a estar de acuerdo con él y alabarlo. Parece que Baldassare le aseguró que serían pocos los sacerdotes y que no le darían problemas, la cosa no fue del todo así.

Unos meses después de la publicación de una desastrosa constitución apostólica que revolucionó la Iglesia de Roma, el Papa Francisco decidió enviar al cardenal Gianfranco Ghirlanda para hablar con sus sacerdotes. No quería ir porque sabía muy bien que el clero de Roma literalmente se lo comería. La actitud utilizada en Roma es la misma que se utiliza con la Iglesia Universal. Quien no se ajusta a sus deseos se define como rígido, escalador, clerical

El tiempo pasa y el papa Francisco no parece darse cuenta de que son los viejos en este mundo los que tienen sus ideas, que siguen luchando por una Iglesia que no existe y nunca existirá. Mientras que el Papa ha comenzado a unir las diócesis suburbanas en Roma se procede en la dirección opuesta. Cada sector se está convirtiendo en una diócesis en sí mismo y el papel del cardenal vicario se ha vuelto absolutamente inútil. En este gran caos los sacerdotes ya no saben cómo moverse y nadie les preguntó nada antes de poner sus manos en la Constitución que regula su diócesis.

Specola

Así explota el Sínodo de Francisco los errores del documento conciliar Lumen gentium con miras a redefinir la Iglesia



El Instrumentum laboris del Sínodo sobre la Sinodalidad contiene una lista de abreviaturas para referirse a los dieciséis documentos que se citan el texto: dos de Juan Pablo II, dos del secretariado general del Sínodo, cinco de Francisco y siete del Concilio Vaticano II. Como era de esperar, la lista no incluye ni un documento promulgado antes del Concilio.

La mayoría de las citas del Concilio que aparecen en el Instrumentum laboris proceden de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen gentium. Uno de los documentos que se encuentran en el portal de internet del Sínodo de la Sinodalidad -el estudio de la Comisión Teológica Internacional, La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia– explica por qué depende tanto la sinodalidad de Lumen gentium:«La Constitución dogmática Lumen gentium ilustra una visión de la naturaleza y misión de la Iglesia como comunión en la que se esbozan los presupuestos teológicos para una pertinente restauración de la sinodalidad: la concepción mistérica y sacramental de la Iglesia; su naturaleza de Pueblo de Dios peregrinante en la historia hacia la patria celestial, en el que todos los miembros, por el Bautismo, son marcados con la misma dignidad de hijos de Dios e investidos de la misma misión; la doctrina de la sacramentalidad del episcopado y de la colegialidad en comunión jerárquica con el Obispo de Roma» (estudio concluido en 2017 y publicado el 2 de marzo de 2018).

Aunque la Comisión Teológica Internacional publicó su estudio dos años de que Francisco anunciara el Sínodo sobre la Sinodalidad, este breve pasaje sobre la importancia de Lumen gentium contiene algunos de los ingredientes más esenciales del actual sínodo, entre ellos «la concepción sacramental de la Iglesia» y la naturaleza de la Iglesia como «pueblo de Dios peregrinante». Si queremos evaluar cómo utiliza el Sínodo estos conceptos tomados de Lumen gentium, podemos estudiar tres aspectos de cada uno: el lenguaje que emplea la propia Lumen Gentium, las objeciones tradicionales católicas al lenguaje, y la manera en que lo utiliza el Sínodo en sus documentos oficiales.

La Iglesia como sacramento de unión con Dios y la unidad de toda el género humano. En su primer párrafo, Lumen gentium hace esta descripción de la Iglesia:«Porque la Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano, ella se propone presentar a sus fieles y a todo el mundo con mayor precisión su naturaleza y su misión universal» (Lumen Gentium, 1).

Por su parte, la constitución del Consejo Pastoral sobre la Iglesia en el mundo moderno, Gaudium et spes, cita la siguiente declaración de Lumen gentium:«La Iglesia reconoce, además, cuanto de bueno se halla en el actual dinamismo social: sobre todo la evolución hacia la unidad, el proceso de una sana socialización civil y económica. La promoción de la unidad concuerda con la misión íntima de la Iglesia, ya que ella es "en Cristo como sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" [Constitución dogmática sobre la Iglesia, capítulo I, nº 1]».

Durante su intervención en el Concilio del 9 de septiembre de 1965, monseñor Marcel Lefebvre identificó el problema con la siguiente afirmación, que aparece a la vez en Lumen gentium y Gaudium et spes:«Esta concepción necesita explicaciones: la unidad de la Iglesia no es la unidad del género humano» (monseñor Marcelo Lefebvre, Yo acuso al Concilio, Vasallo de Mumbert, Madrid 1978, pág. 120).

Aunque monseñor Lefebvre no llegase a prever la medida en que los innovadores llegarían a servirse de la mencionada afirmación, se dio cuenta de que ésta se apartaba de lo que la Iglesia siempre había enseñado. El número de marzo de 2003 de Sisinono (publicado por la hermandad San Pío X) da más detalles sobre el problema:«Se atribuye una nueva misión a la Santa Sede -hacer posible la unidad del género humano- que no tiene lo más mínimo que ver con nada que haya enseñado hasta ahora la Iglesia católica (...) Pero no se trata de unidad con vistas a la salvación de las almas, unidad que se alcanza mediante la conversión al catolicismo. Se diría que por el contrario dicha unidad es fruto de la “unión íntima con Dios” de toda la humanidad. (...) Ahora bien, la Iglesia no tiene otra misión que la que Dios le encomendó: "Haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos…" (Mt. 28:19). La misión íntima de la Iglesia consiste en convertir a la mayor cantidad posible de almas a Cristo antes de la Parusía, sin ocuparse de la unidad del género humano, ideal quimérico e intrínsecamente anticristiano porque es una especie de divinización del hombre, de exaltarlo y poner los ojos en él, ideal importado de la filosofía iluminista y devotamente profesado por la Masonería».

Si monseñor Lefebvre y la hermandad San Pío X acertaron en su diagnóstico de la afirmación de marras, cabría esperar que los innovadores aprovecharan Lumen gentium para dar a entender que la misión de la Iglesia no es convertir almas al catolicismo, sino llevar a la unidad de la especie humana. Y eso es ni más ni menos lo que encontramos en el Instrumentum laboris:«En una Iglesia que se define a sí misma como signo e instrumento de la unión con Dios y de la unidad del género humano (cf. LG 1), el discurso sobre la misión se centra en la transparencia del signo y en la eficacia del instrumento, sin las cuales cualquier anuncio tropezará con problemas de credibilidad. La misión no consiste en comercializar un producto religioso, sino en construir una comunidad en la que las relaciones sean transparencia del amor de Dios y, de este modo, la vida misma se convierta en anuncio» (Instrumentum Laboris, 52).

Esta representación arrogante del verdadero cometido que Nuestro Señor encomendó a la Iglesia como si fuera la comercialización de un producto religioso coincide con el concepto que tiene Francisco del proselitismo. Según el Sínodo, la misión de la Iglesia no consiste en convertir almas al catolicismo sino en «construir una comunidad en la que las relaciones sean transparencia del amor de Dios».

Está claro que la Iglesia no puede unir a toda la humanidad con las exigentes enseñanzas de Nuestro Señor. Por eso el Instrumentum laboris asigna al Espíritu la tarea de guiar a la Iglesia para ««encontrar un consenso sobre cómo caminar juntos» y «ayudar a la humanidad a proceder en la dirección de la unidad»:

En una asamblea sinodal Cristo se hace presente y actúa, transforma la historia y los acontecimientos cotidianos, dona el Espíritu para guiar a la Iglesia a encontrar un consenso sobre cómo caminar juntos hacia el Reino y ayudar a la humanidad a proceder en la dirección de la unidad (Instrumentum Laboris, 48).

Es blasfemo afirmar que Nuestro Señor nos ofrece una vía de consenso hacia la unidad, cuando en realidad dejó más que claro que la mayoría de las almas rechazan sus exigentes enseñanzas y se condenan:«Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos son los que entran por él. Porque angosta es la puerta y estrecho el camino que lleva a la vida, y pocos son los que lo encuentran» (Mt.7,13-14).

Aunque el Señor lo sabía, no alteró por ello su enseñanza para que les resultara más fácil de aceptar a las almas. El único consenso al que podrían llegar por tanto sería un proceso de rechazo a las enseñanzas del Señor, y eso es ni más ni menos lo que observamos en el Sínodo.

El Sínodo reconoce que esta nueva vía se aparta de lo que la Iglesia siempre ha enseñado, y por eso describe la sinodalidad como «un camino privilegiado de conversión», quizás porque Satanás describiría el camino espacioso como un camino privilegiado al Infierno:«La sinodalidad es un camino privilegiado de conversión, porque reconstituye a la Iglesia en la unidad: cura sus heridas y reconcilia su memoria, acoge las diferencias de las que es portadora y la redime de divisiones infecundas, permitiéndole así encarnar más plenamente su vocación de ser “en Cristo, como sacramento, es decir, signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano”» (LG 1) (Instrumentum Laboris, 28).

Como vemos, la sinodalidad funciona como un camino de conversión que reconstituye a la Iglesia y reconcilia su memoria. Esto es una vomitiva burla del catolicismo, que ha sido posible gracias a un pasaje de Lumen gentium citado en Gaudium et spes sobre el que advirtió monseñor Lefebvre en una de sus intervenciones durante el Concilio. ¡Ojalá le hubieran hecho caso!

La Iglesia como pueblo de Dios peregrinante. El capítulo 2 de Lumen gentium habla del Pueblo de Dios, concepto vago que tiene por objeto sustituir al de Cuerpo Místico de Cristo, como explicó Benedicto XVI en su discurso de despedida al clero de Roma: «Estos eran, digamos, los dos elementos fundamentales. En la búsqueda de una visión teológica completa de la eclesiología después de los años 40, en los años 50, ya había surgido entretanto un poco de crítica del concepto de Cuerpo de Cristo: “místico” sería demasiado espiritual, demasiado exclusivo; entonces se puso en juego el concepto de “Pueblo de Dios”. Y el Concilio, justamente, aceptó este elemento, que entre los Padres se consideró como expresión de la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento».

Como veremos, el Instrumentum laboris aprovecha de dos maneras el concepto de Pueblo de Dios: insistiendo en que comprende a todos los bautizados, y centrándose a continuación en el siguiente pasaje de Lumen gentium, que describe cómo puede ese conjunto de personas discernir la voluntad de Dios:«El Pueblo santo de Dios participa también de la función profética de Cristo, difundiendo su testimonio vivo sobre todo con la vida de fe y caridad y ofreciendo a Dios el sacrificio de alabanza, que es fruto de los labios que confiesan su nombre (cf. Hb 13.15). La totalidad de los fieles, que tienen la unción del Santo (cf. 1 Jn 2,20 y 27), no puede equivocarse cuando cree, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando “desde los Obispos hasta los últimos fieles laicos” [22] presta su consentimiento universal en las cosas de fe y costumbres. Con este sentido de la fe, que el Espíritu de verdad suscita y mantiene el Pueblo de Dios se adhiere indefectiblemente “a la fe confiada de una vez para siempre a los santos” (Judas 3), penetra más profundamente en ella con juicio certero y le da más plena aplicación en la vida, guiado en todo por el sagrado Magisterio, sometiéndose al cual no acepta ya una palabra de hombres, sino la verdadera palabra de Dios (cf. 1 Ts 2,13)» (Lumen gentium 12).

Aparte las alusiones al Pueblo de Dios, este pasaje parece mucho más ortodoxo que muchos otros de Lumen gentium. Ahora bien, como sostenía el P. Álvaro Calderón en Prometeo: la religión del hombre, sus desviaciones aparentemente menores de la Tradición tienen unas consecuencias tremendas:«Y aquí la magia conciliar halló también su truco, aprovechando la doctrina poco definida de la infalibilidad del sensus fidei del pueblo cristiano. Es verdad tradicional que "la totalidad de los fieles no puede equivocarse cuando cree (Lumen gentium, 12). Para la teología católica, esta propiedad es consecuencia de la infalibilidad de la Jerarquía; pero el truco de la teología nueva consistirá en atribuirla a la inspiración inmediata del Espíritu Santo: "Con este sentido de la fe, que el Espíritu de Verdad suscita y mantiene, el pueblo de Dios se adhiere indefectiblemente a la fe confiada de una vez para siempre a los santos” (Lumen gentium, 12)» (pág.102).

La cuestión es tan sutil que se les puede pasar por alto a muchos ardorosos y meticulosos críticos del Concilio; y sin embargo, podemos ver sus gravísimas consecuencias en el Vademecum del Sínodo sobre la Sinodalidad publicado en septiembre de 2021:«El Concilio Vaticano II destaca que “Todos los hombres están llamados a formar parte del nuevo Pueblo de Dios” (LG, 13). Dios actúa realmente en todo el pueblo que ha reunido. Por eso “la totalidad de los fieles, que tienen la unción del Santo, no puede equivocarse cuando cree, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando desde los obispos hasta los últimos fieles laicos, presta su consentimiento universal en las cosas de fe y costumbres” (LG, 12). El Concilio señala además, que dicho discernimiento está animado por el Espíritu Santo y procede a través del diálogo entre todos los pueblos, leyendo los signos de los tiempos en fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia.»

Como vemos, la imperfecta afirmación del Sínodo al servirse de Lumen gentium para explicar la inspiración directa del Espíritu Santo al animar el sensus fidei les lleva a afirmar que el Espíritu Santo guiará el diálogo entre todos los pueblos para que sus opiniones sobre la fe sean infalibles.

No sólo eso; según el Instrumentum laboris, «todos los cristianos», que no es lo mismo que todos los católicos, participan del sensus fidei:«En el único Bautismo, todos los cristianos participan del sensus fidei o sentido sobrenatural de la fe (cf. LG 12) por lo que, en una Iglesia sinodal, todos son escuchados con atención[ (Instrumentum Laboris, B 1.4).

Como sabemos, la mayoría de los cristianos rechaza al menos algunas verdades fundamentales de la Fe católica. ¿Qué creen todos los cristianos sobre el divorcio? ¿Y sobre la ideología LGTBQ? ¿O sobre la ordenación de mujeres? Según el Sínodo, cualquier consenso al que lleguen habrá sido guiado por el Espíritu Santo, como se puede ver en el estudio sobre la sinodalidad arriba citado que publicó la Comisión Teológica Internacional en 2018:«El Pueblo de Dios en su totalidad es interpelado por su original vocación sinodal. La circularidad entre el sensus fidei con el que están marcados todos los fieles, el discernimiento obrado en diversos niveles de realización de la sinodalidad y la autoridad de quien ejerce el ministerio pastoral de la unidad y del gobierno describe la dinámica de la sinodalidad. Esta circularidad promueve la dignidad bautismal y la corresponsabilidad de todos, valoriza la presencia de los carismas infundidos por el Espíritu Santo en el Pueblo de Dios, reconoce el ministerio específico de los Pastores en comunión colegial y jerárquica con el Obispo de Roma, garantizando que los procesos y los actos sinodales se desarrollen con fidelidad al depositum fidei y en actitud de escucha al Espíritu Santo para la renovación de la misión de la Iglesia.»

En definitiva, para crear un concepto enteramente nuevo de la Iglesia, el Sínodo explota los mismos defectos que observaron monseñor Lefebvre y algunos otros en Lumen gentium.Atando cabos, descubrimos que la Iglesia sinodal tiene la misión de unir a la humanidad mediante un proceso de escucha a todos los cristianos -y tal vez a toda la gente- y declarar que sus creencias comunes constituyen el infalible sensus fidei. Entonces, Sínodo afirmará, qué blasfemia, que el Espíritu Santo ha dirigido y protegido el proceso. Y todo habrá sido posible gracias a Lumen gentium,por mucho que los defensores del Concilio se desvivan por decir lo contrario.

A estas alturas, da la impresión de que los católicos fieles (y el clero en particular) tienen que defender la Fe católica sin adulterar que Dios confió a su Iglesia. La actitud prudencial de no decir nada y no llamar la atención ofende a Dios, lleva almas al Infierno y da a entender al mundo que la Iglesia ha hecho dejación de funciones. Que Dios conceda a los sacerdotes que siguen siendo fieles la gracia para defender la Fe católica con la varonil valentía de los santos. ¡Inmaculado corazón de María, ruega por nosotros!

Robert Morrison

(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Artículo original)

jueves, 28 de septiembre de 2023

¿Es la Agenda 2030 anticristiana? Juzguémosla por sus propios documentos. Entrevista a Raúl Quirós (Padre Juan Razo García)



DURACIÓN 1:16:20

El obispo Schneider responde a los nuevos sedevacantistas: Francisco es el Papa (Carlos Esteban)




En los últimos días, y ante la inminencia de un sínodo que insinúa cambios en la doctrina, algunos personajes de alto perfil han postulado que Francisco no es el Papa. El obispo conservador Athanasius Schneider sale al paso de esa tendencia con una carta, que reproducimos a continuación, refutando esa postura.

No existe autoridad para declarar o considerar inválido a un Papa electo y generalmente aceptado como Papa. La práctica constante de la Iglesia hace evidente que incluso en el caso de una elección inválida, esta elección se perfecciona de hecho mediante la aceptación general del nuevo elegido por la abrumadora mayoría de cardenales y obispos.

Incluso en el caso de un Papa hereje, este no pierde automáticamente el cargo ni hay en la Iglesia organismo alguno que pueda declararle depuesto por herejía. Tales acciones se acercarían a una versión de la herejía conciliarista o episcopalista. La herejía del conciliarismo o episcopalismo dice básicamente que existe un organismo dentro de la Iglesia (Concilio Ecuménico, Sínodo, Colegio Cardenalicio, Colegio de Obispos), que puede emitir una sentencia jurídicamente vinculante sobre el Papa.

La teoría de la pérdida automática del papado debido a la herejía sigue siendo sólo una opinión, e incluso San Roberto Belarmino se dio cuenta de esto y no la presentó como una enseñanza del Magisterio mismo. El perenne Magisterio papal nunca enseñó tal opinión. En 1917, cuando entró en vigor el Código de Derecho Canónico ( Codex Iuris Canonici ), el Magisterio de la Iglesia eliminó de la nueva legislación la observación del Decretum Gratiani en el antiguo Corpus Iuris Canonici., donde se afirmaba que un Papa que se desvía de la recta doctrina puede ser depuesto. Nunca en la historia el Magisterio de la Iglesia admitió procedimiento canónico alguno de deposición de un Papa hereje. La Iglesia no tiene poder sobre el Papa formal o judicialmente. La tradición católica más segura dice que, en el caso de un Papa herético,los miembros de la Iglesia pueden evitarlo, resistirlo, negarse a obedecerlo, todo lo cual puede hacerse sin requerir una teoría u opinión que diga que un Papa herético pierde automáticamente su cargo o puede ser depuesto en consecuencia.

Por lo tanto, debemos seguir el camino más seguro ( via tutior) y abstenernos de defender la mera opinión de los teólogos (aunque sean santos como San Roberto Belarmino), que dice que un Papa herético automáticamente pierde su cargo o puede ser depuesto por la Iglesia.

El Papa no puede cometer herejía cuando habla ex cathedra, esto es un dogma de fe. Sin embargo, en su enseñanza ajena a las declaraciones ex cathedra, puede caer en ambigüedades doctrinales, errores e incluso herejías. Y dado que el Papa no es idéntico a toda la Iglesia, la Iglesia es más fuerte que un Papa singular y errado o herético. En tal caso, uno debe corregirlo respetuosamente (evitando la ira puramente humana y el lenguaje irrespetuoso), resistirlo como se resistiría a un mal padre de familia. Sin embargo, los miembros de una familia no pueden declarar depuesto de la paternidad a su malvado padre. Pueden corregirlo, negarse a obedecerlo, separarse de él, pero no pueden declararlo depuesto.

Los buenos católicos conocen la verdad y deben proclamarla, ofrecer reparación por los errores de un Papa equivocado. Siendo humanamente irresoluble el caso de un Papa hereje, debemos implorar con fe sobrenatural una intervención Divina, porque ese Papa singular descarriado no es eterno, sino temporal, y la Iglesia no está en nuestras manos, sino en las manos todopoderosas de Dios.
Debemos tener suficiente fe, confianza, humildad y espíritu de Cruz sobrenaturales para soportar una prueba tan extraordinaria. En situaciones tan relativamente cortas (en comparación con 2000 años) no debemos ceder a una reacción demasiado humana y a una solución fácil (declarar la invalidez de su pontificado), sino que debemos mantener la sobriedad (mantener la cabeza fría) y al mismo tiempo una verdadera visión sobrenatural y confianza en la intervención divina y en la indestructibilidad de la Iglesia.

Carlos Esteban 

NOTICIAS 28 DE SEPTIEMBRE DE 2023



ADELANTE ESPAÑA

La batalla cultural: lobos contra corderos | Lucas Jódar

No nos quedemos callados: Este es el modelo de demanda que se puede presentar en los juzgados para frenar la ley de amnistía.

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HISPANIDAD

El bloque de Sánchez: la "AntiEspaña"



DURACIÓN 2:55 MINUTOS

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Novena para la NATIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA













https://asociacionfatima.org.ar/novena-para-la-natividad-de-nuestra-senora/


Homilía de hoy | Memoria de San Vicente de Paúl | 27-09-2023 | P. Santiago Martin FM



Duración 9:33 minutos

Comunicado de prensa sobre el inicio del proceso penal extrajudicial a monseñor Viganó por el delito de cisma (Art. 2 SST; can. 1364 CIC)


El Dicasterio para la Doctrina de la Fe me comunicó, con un simple correo electrónico, el inicio de un proceso penal extrajudicial contra mí, con la acusación de haber cometido el delito de cisma y acusándome de haber negado la legitimidad del «Papa Francisco» , de haber roto la comunión «con Él» y de haber rechazado el Concilio Vaticano II. Soy convocado al Palacio del Santo Oficio el día 20 de junio, personalmente o representado por abogado. Supongo que la sentencia también está lista, dado el juicio extrajudicial.

Considero las acusaciones formuladas en mi contra como una razón de honor. Creo que la propia redacción de los cargos confirma las tesis que he defendido repetidamente en mis intervenciones. No es casualidad que la acusación contra mí se refiera al cuestionamiento de la legitimidad de Jorge Mario Bergoglio y al rechazo del Vaticano II: el Concilio representa el cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico del que la "Iglesia sinodal" bergogliana es una metástasis necesaria.

Es necesario que el Episcopado, el Clero y el pueblo de Dios se cuestionen seriamente si es consistente con la profesión de la fe católica presenciar pasivamente la destrucción sistemática de la Iglesia por parte de sus líderes, exactamente como otros subversivos están destruyendo la sociedad civil. El globalismo exige un reemplazo étnico: Bergoglio promueve la inmigración incontrolada y pide la integración de culturas y religiones. El globalismo apoya la ideología LGBTQ+: Bergoglio autoriza la bendición de las parejas homosexuales y obliga a los fieles a aceptar la homosexualidad, al tiempo que encubre los escándalos de sus protegidos y los promueve a los más altos cargos de responsabilidad. El globalismo impone la agenda verde: Bergoglio venera al ídolo de la Pachamama, escribe delirantes encíclicas sobre el medio ambiente, apoya la Agenda 2030 y ataca a quienes cuestionan la teoría del calentamiento global antropogénico. Va más allá de su papel en cuestiones estrictamente científicas, pero siempre y sólo en una dirección, diametralmente opuesta a lo que la Iglesia siempre ha enseñado. Impuso el uso de sueros genéticos experimentales, que provocaron gravísimos daños, muertes y esterilidad, calificándolos de "un acto de amor", a cambio de financiación de las industrias farmacéuticas y fundaciones filantrópicas. Su total acuerdo con la religión de Davos es escandaloso. Allí donde los gobiernos al servicio del Foro Económico Mundial han introducido o extendido el aborto, promovido el vicio, legitimado las uniones homosexuales o la transición de género, alentado la eutanasia y tolerado la persecución de los católicos, no se ha dicho una palabra en defensa de la Fe o de la Moral amenazadas, en apoyo a las batallas civiles de muchos católicos abandonados por el Vaticano y los obispos. Ni una palabra para los católicos perseguidos en China, gracias a la Santa Sede que considera los miles de millones de Beijing más importantes que la vida y la libertad de miles de chinos fieles a la Iglesia romana. En la "Iglesia sinodal" presidida por Bergoglio no se observa ningún cisma ni por parte del episcopado alemán ni por parte de los obispos nombrados por el gobierno y consagrados en China sin el mandato de Roma. Porque su acción es coherente con la destrucción de la Iglesia y, por tanto, debe ser ocultada, minimizada, tolerada y, en última instancia, alentada. En estos once años de "pontificado" la Iglesia católica ha sido humillada y desacreditada sobre todo por los escándalos y la corrupción de los dirigentes de la Jerarquía, totalmente ignorada mientras el más despiadado autoritarismo vaticano hacía estragos en los fieles Sacerdotes y Religiosos, pequeñas comunidades de tradicional Monjas, comunidades vinculadas a la misa latina.

Este celo unidireccional recuerda el fanatismo de Cromwell, típico de quienes desafían a la Providencia con la presunción de saberse finalmente en la cima de la pirámide jerárquica, libres de hacer y deshacer lo que quieran sin que nadie se oponga. Y esta obra de destrucción, este deseo de renunciar a la salvación de las almas en nombre de una paz humana que niega a Dios no es una invención de Bergoglio, sino el objetivo principal (e indescriptible) de quienes utilizaron un Concilio para contradecir el Magisterio católico. y comenzar a demoler la Iglesia desde dentro, en pequeños pasos, pero siempre en una sola dirección, siempre con tolerancia indulgente o inacción culpable, si no con la aprobación explícita de las Autoridades romanas. La Iglesia Católica fue ocupada lenta pero seguramente y Bergoglio recibió la tarea de convertirla en una agencia filantrópica, la “iglesia de la humanidad, de la inclusión, del medio ambiente” al servicio del Nuevo Orden Mundial. Pero ésta no es la Iglesia católica: es su falsificación.

La dimisión de Benedicto XVI y el nombramiento por parte de la mafia de San Galo de un sucesor en línea con los dictados de la Agenda 2030 deberían haber permitido -y de hecho permitieron- que el golpe global se gestionara con la complicidad y la autoridad de la Iglesia de Roma. Bergoglio es para la Iglesia lo que otros líderes mundiales son para sus naciones: traidores, subversivos, liquidadores finales de la sociedad tradicional y seguros de la impunidad. El vicio del consentimiento ( vitium consenso ) por parte de Bergoglio al aceptar la elección se basa precisamente en la evidente ajena de su gobierno y acción docente respecto de lo que cualquier católico de cualquier época espera del Vicario de Cristo y del Sucesor del Príncipe del Apóstoles. Todo lo que hace Bergoglio constituye una ofensa y una provocación a toda la Iglesia católica, a sus santos de todos los tiempos, a los mártires asesinados en odium Fidei , a los Papas de todos los tiempos hasta el Concilio Vaticano II.

Esto es también y principalmente una ofensa a la divina Cabeza de la Iglesia, Nuestro Señor Jesucristo, cuya sagrada autoridad Bergoglio ejerce en detrimento del Cuerpo Místico, con una acción demasiado sistemática y coherente para parecer el resultado de una mera acción. incapacidad. En la obra de Bergoglio y su círculo se hace realidad la advertencia del Señor: guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces (Mt 7, 15). Con ellos tengo el honor de no tener ni querer ninguna comunión eclesial: lo suyo es un lobby, que oculta su complicidad con los amos del mundo para engañar a muchas almas e impedir cualquier resistencia al establecimiento del Reino del Anticristo.

Frente a las acusaciones del Dicasterio, pretendo, como Sucesor de los Apóstoles, estar en plena comunión con la Iglesia católica apostólica romana, con el Magisterio de los Romanos Pontífices y con la ininterrumpida Tradición doctrinal, moral y litúrgica que ellos han conservado fielmente.

Repudio los errores neomodernistas inherentes al Concilio Vaticano II y al llamado "magisterio posconciliar", en particular en materia de colegialidad, ecumenismo, libertad religiosa, estado laico y liturgia.

Repudio, rechazo y condeno los escándalos, errores y herejías de Jorge Mario Bergoglio, quien manifiesta un manejo del poder absolutamente tiránico, ejercido contra el fin que legitima la Autoridad en la Iglesia: autoridad vicaria de la de Cristo, y como tal. debemos obedecerle sólo a Él. Esta separación del Papado de su propio principio legitimador que es Cristo Pontífice transforma el ministerium en una tiranía autorreferencial. Con esta "Iglesia bergogliana", ningún católico digno de ese nombre puede estar en comunión, porque actúa en clara discontinuidad y ruptura con todos los Papas de la historia y con la Iglesia de Cristo.

Hace cincuenta años, en ese mismo Palacio del Santo Oficio, el arzobispo Marcel Lefebvre fue citado y acusado de cisma por haber rechazado el Vaticano II. Su defensa es mía, sus palabras son mías, sus argumentos son míos ante los cuales las autoridades romanas no pudieron condenarlo por herejía, debiendo esperar a que consagrara algunos obispos para tener el pretexto de declararlo cismático y revocar su excomunión cuando ahora estaba muerto. El patrón se repite incluso después de diez décadas de haber demostrado la elección profética de Monseñor Lefebvre.

En estos tiempos de apostasía, los católicos encontrarán en los Pastores fieles al mandato recibido de Nuestro Señor un ejemplo y un estímulo para permanecer en la Verdad de Cristo.

Depositum custodios , según la exhortación del Apóstol: a medida que se acerca el momento en que tendré que dar cuenta al Hijo de Dios de todas mis acciones, pretendo perseverar en el bonum certamen y no dejar de dar el testimonio de la fe que Se requiere de quien es honrado como Obispo de la plenitud del Sacerdocio y constituido Sucesor de los Apóstoles.

Invito a todos los católicos a orar para que el Señor venga en ayuda de Su Iglesia y dé valor a aquellos que son perseguidos por su Fe. + Carlo Maria Viganò, Arzobispo
20 de junio de 2024, S.cti Silverii Papæ et Martyris
B.ti Dermitii O'Hurley, Episcopi et Martyris

martes, 26 de septiembre de 2023

Abascal ha avisado a Feijóo de que VOX estará a su lado si pone distancia infinita con este Gobierno y con los enemigos de España.



DURACIÓN 32:40 MINUTOS

Sánchez amenaza al Rey con un referéndum consultivo, entre monarquía y república si no le otorga la investidura (Eulogio López)



Juan Carlos I está en España y La Moncloa ha prohibido al pacato y timorato jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, que la fiesta familiar con motivo del juramento de la Constitución por parte de la futura Reina, Leonor de Borbón, se celebre en Zarzuela. Por tanto, se celebrará en el Pardo. En definitiva, Moncloa teme a Juan Carlos I y prohibe que entre en Zarzuela. Entró en su primer viaje y no ha vuelto a hacerlo.

La mera presencia de Juan Carlos I en España estos días demuestra el miedo que le tiene el PSOE: prohíbe a Alfonsín que Juan Carlos I pise La Zarzuela

Sánchez amenaza al Rey con un referéndum consultivo, entre monarquía y república si no le otorga la investidura.

Pero mucho más relevante es que el nuevo viaje de Juan Carlos I a España coincida con el debate de investidura de Alberto Núñez Feijoó. Felipe VI sopesa, por primera vez, no nominar a Pedro Sánchez para formar Gobierno. Sí, ya sé que resulta difícil de creer, dada la historia acomodaticia del actual monarca. Ahora bien, Felipe VI puede no ser el rey más osado pero no es tonto, sabe que esta vez el Frente Popular que plantea Pedro Sánchez es aún más radical que el que lleva gobernando desde hace cinco años.

El anterior monarca asistirá a la fiesta familiar de su nieta ... en El Pardo, no en Zarzuela
Felipe VI podría, por ejemplo, dejar pasar los dos meses de plazo hasta que resulte preceptivo convocar elecciones.
Sánchez lo sabe. Por eso ha vuelto a cruzar la línea roja. En otras palabras, el Gobierno socialista ha dado un paso más hacia el abismo y ahora amenaza al Rey con que, o bien nomina a Sánchez para formar gobierno, o promulgará un referéndum entre monarquía y república. Un referéndum consultivo, naturalmente, pero que no deja de ser un ataque en toda regla a la dinastía borbónica, pues pone en solfa el sistema monárquico.

Eulogio López

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Si Felipe VI se atreviera a plantarle cara a Pedro Sánchez, los españoles le estaríamos muy agradecidos; y entonces - y sólo entonces- en caso de que Sánchez cumpliera con su amenaza del referendum ... se encontraría con unos ciudadanos cansados de sus mentiras que, aunque no fueran demasiado monárquicos, se decantarían por votar Monarquía antes que República ... con tal de quitarse a Sánchez de en medio; y, sobre todo, porque habrían visto que, aunque tarde, el Rey habría salido de su comodidad y habría dado la cara. No se puede olvidar que Felipe VI es Capitán General de todas las Fuerzas Armadas del Ejército de España. Ahora mismo tiene en sus manos el futuro de España como nación y el fin o la continuidad de la Monarquía en España.

Tal vez deberíamos de rezar, con fuerza, por el Rey, para que tome la decisión justa, sin miedo de ninguna clase. Se trata de una situación excepcional que requiere adoptar medidas excepcionales.

Nuestra SUPERFICIALIDAD (Padre Javier Olivera Ravasi)



Hay un mal argentino que, no por ser argentino resulta exclusivo de nuestra nacionalidad. Y es la superficialidad. Por eso, al menos cada tanto, conviene predicar sobre el tema.

Pero: ¿a qué nos referimos? A ese vicio tan contrario a la humildad que, en vez de poner sus raíces en lo esencial, en el humus del espíritu se vuelve hacia la terra, hacia lo terreno e insignificante de la planicie.

Estamos hablando acerca de ese error habitual que nos impide ir a la esencia de las cosas para quedarnos en las apariencias, tanto de lo humano como de lo divino.

La superficialidad es ese hábito de quedarse en el fenómeno, en lo que brilla o reluce, dirían los griegos, tan típico de la cultura moderna, carente de interioridad y -por eso mismo- amiga de los budismos y orientalismos de moda que muestran una pseudo profundidad.

El superficial percibe sólo lo aparente, no nutriéndose de la realidad, sino de su cáscara.

Algunos dicen que, al igual que el sanguíneo, el superficial “no penetra hasta lo profundo, ni ve el todo. Más bien se contenta con la superficie o con una parte del todo. Amigo de trabajos fáciles, vistosos, que no exigen demasiada labor, resulta casi imposible de convencer de este defecto suyo: de que es superficial”.

Porque el superficial todo lo juzga superficialmente: incluso cuando le dicen que es superficial…

Este vicio tan nuestro nos hace inconstantes, cambiantes, caprichosos y frívolos en el trato; pero no sólo en nuestras relaciones conmutativas, sino incluso distributivas: vivimos en la superficie con los amigos y con el mismo Dios uno y Trino.

Y este defecto resulta, a la corta o a la larga, un horrible escollo para crecer en la vida espiritual.

1) Pero, ¿cómo se muestra este defecto?

a. En primer lugar, el superficial, busca la apariencia de las cosas, lo fugaz, lo intrascendente e innecesario. Se queda en la epidermis de la realidad, nunca bajando al humus. Y la más de las veces se manifiesta en el valor que se le da a lo accesorio y externo

– “Dime de qué te precias y te diré de qué careces” –reza el refrán.

Porque el superficial intenta adornar desmesuradamente su exterior, para ocultar su interior.

No tiene nutrientes, sólo hinchazones:

“Le tuvieron lástima al Matungo, que ya no podía con los huesos, y en pago de sus doce años de tiro lo soltaron para siempre en un alfalfar florido. El alfalfar era un edén caballuno, extenso y jugoso, y Matungo no tenía más que hacer que comer a gusto y tumbarse en la sombra a descansar después, mirando estáticamente revolotear sobre el lago verde y morado las maripositas blancas y amarillas.

Y sin embargo Matungo no engordó. Era muy viejo ya y tenía los músculos como tientos. Echó panza sí, una barriga estupenda, pero fuera de allí no aumentó ni un gramo, de suerte que daba al verlo, hundido en el pastizal húmedo hasta las rodillas, la impresión ridícula de un perfil de caballete sosteniendo una barriga como un odre.

-¡Qué raro!

-No crea. Lo mismo le pasa a mucha gente. Al que lee mucho y estudia poco, al que come en grande y no digiere, al que reza y no medita, al que medita y no obra.

Flacos y barrigones…”

(P. Leonardo Castellani)

Es así nomás: el superficial es flaco y barrigón.

b. El superficial es, además, incapaz de aprender de las lecciones, porque nunca forja una experiencia adecuada de la realidad; nunca llega a convertirse en “un hombre de experiencia”. La memoria del pasado en cuanto pasado no le da “lecciones”, sino sólo “hechos”, “cosas pasadas”, porque hasta las acciones pretéritas quedan para él en la superficie. No hay ni heridas, ni gozos, ni tristezas que le enseñen a tener ojos mejores. Consecuencia de todo esto será su pobreza de discernimiento: porque nunca aprende del pasado…

c. El superficial es, además, inconstante: evita implicarse a fondo en cualquier tema, tanto en el ámbito amoroso, como profesional o espiritual. Ama emprender obras pero jamás se ata a ninguna, dejando siempre la puerta abierta para abandonar el partido cuando las papas quemen. En el plano del amor, es un “Don Juan Tenorio”; en el de la Fe, es un San Pedro de la noche de Jueves Santo que le dice a la sirvienta acusadora: “¡Mujer! ¡Te aseguro que no lo conozco!”.

Actúa como las abejas: desflora las rosas para pasar rápidamente a otras. Todo en él es explosivo, imprevisto, aniñado… Sólo hace lo que “le divierte”.

Habla con sus semejantes y hasta con Dios, pero pensando siempre en la próxima cosa que tiene que hacer.

2) Algunas raíces de la superficialidad

Claramente, deben existir algunas causas o raíces que predispongan a una vida epidérmica.

a. En primer lugar, un estilo de vida demasiado sensual, cómodo y poco mortificado

No nos referimos aquí a que debe uno convertirse en estoico o espartano, pero ciertamente la falta de moderación en los placeres del cuerpo vuelcan al hombre hacia lo corporal, debilitando su capacidad intelectual; es decir: nos vuelven torpes e incapaces de penetrar y entender la realidad en su profundidad. De allí que, la mayoría de las veces, la superficialidad nazca de la falta de austeridad en nuestra vida.

b. En segundo lugar, el miedo

No nos referimos aquí a cualquier clase de miedo, sino a aquél, muy específico, que nos retrae de todo tipo de compromiso. El superficial es incapaz de comprometerse siquiera con un partido de ajedrez a la semana. No-puede, porque no-quiere.

c. En tercero y último, la vanidad o el vivir del “qué dirán”

Porque el que vive “de cara al mundo”, buscando su aprobación, necesariamente privilegiará sus apariencias. Al contrario, el despreocupado del qué dirán tendrá un corazón indiviso y vuelto hacia Dios y, hacia Dios que está en el prójimo.

3. Los remedios contra la superficialidad

Digamos que, aunque parezca paradójico, resulta muy difícil lograr que una persona superficial comprenda que es superficial. Porque, si lo entendiera, su misma respuesta sería análoga a su carácter:

– “¡Y bueno!¡seré superficial y listo!” – dirá.

Pero apostemos a la buena intención y busquemos un remedio. La solución, habiendo visto las raíces, se encuentra en la principal de las virtudes cardinales, la virtud de la prudencia, esa reina de las virtudes que regula de manera conveniente y ordenada las acciones para llegar al fin propuesto. Es a partir de algunas de sus partes que podrá comenzarse a remediar la superficialidad:

a. Será importante guardar memoria de lo pasado. No para mortificarnos, sino para meditar y aprender las lecciones a partir de los yerros y aciertos, propios y ajenos.

b. La docilidad, es decir, el dejarse enseñar, el “saber dejarse decir algo”, como dice Pieper. Porque uno se hace prudente en la medida en que escucha a los prudentes, de allí que Santo Tomás diga: “En las cosas que atañen a la prudencia, nadie hay que se baste siempre a sí mismo”.

Y algo parecido nos narran las Sagradas Escrituras:

“No te apoyes en tu prudencia” dice el libro de los Proverbios (3,5),

“Busca la compañía de los ancianos y si hallas a algún sabio, allégate a él” (Eclesiástico 6,15).

c. La circunspección, es decir, el estar atento a las circunstancias, a lo que pasa a nuestro alrededor. Es el saber ubicarnos y tomar conciencia de nuestro ser; frente a qué y a quién estamos parados.

Como ejercicio práctico, quizás podría servir el nutrirse de la sabiduría de los grandes libros, meditándolos. La lectura pía, atenta y devota de la Biblia, especialmente de los libros sapienciales (Salmos, Proverbios, Sabiduría, etc.) podría ayudar muchísimo a un alma que busca el humus y no la terra.

La meditación de las postrimerías, además, ayudarían también a despertar de este sueño de la vida, como dice la copla:

“Muerte, juicio, infierno y gloria,
ten cristiano en la memoria”

Quizás por eso el gran San Ignacio, cuando despedía a San Francisco Javier, le decía en boca de Pemán:

No te acuestes una noche
sin tener algún momento meditación de la muerte y el juicio,
que a lo que entiendo, dormir sobre la aspereza de estos hondos pensamientos
importa más que tener por almohada, piedra o leño.


* * *

Pongámonos en manos de Dios, con nuestras superficialidades y banalidades, haciendo lo necesario de nuestra parte, para que Él complete el resto y recordando lo que San Pablo decía a los corintios: “pasa la escena de este mundo” (1 Cor 7,31).

P. Javier Olivera Ravasi, SE

Padres ¡revisad los libros de religión católica! | Alicia Beatriz Montes Ferrer



Recientemente he podido ver en algún medio digital así como en RRSS que se ha levantado una pequeña voz debido a que en un libro de Religión católica de primaria se ensalza la labor del fundador de la ONG Open Arms. Los que nos hemos detenido alguna vez en analizar a qué se dedica realmente esta organización, sabemos que empuja la entrada de inmigrantes ilegales a los que “sueltan” en los países que los acogen y acaban, en su inmensa mayoría, siendo presas de bandas violentas, de drogas, prostitución y delincuencia…

Sin restar importancia a este capítulo que aparece en los libros de religión católica, y teniendo en cuenta que prácticamente todas las ONGs tienen un trasfondo muy oscuro, he de decir que es una verdadera minuciosidad en comparativa con lo que podemos hallar en todos y cada uno de los libros de esta editorial, en concreto de SM, es decir, de la Fundación Santa María. Una editorial católica que se ha diluido en un mar de ideologías progresistas anticristianas.

Sin embargo, no vaya a pensarse usted que esto es reciente… Por desgracia para todos los que aún tenemos la valentía de seguir confesándonos cristianos católicos y matriculamos a nuestros hijos en esta asignatura, el adoctrinamiento está servido hace unos cuantos años atrás. Ciertamente ahora con más descaro y apoyado por el nuevo currículo de religión católica[1] publicado el curso pasado que es un calco a los postulados de la tan mencionada Agenda 2030. No queda más opción que pensar que la Conferencia Episcopal española ha roto hace tiempo con los valores católicos que debería defender y transmitir.

Rondaba el mes de septiembre del año 2018, empezaba un nuevo curso escolar cuando yo, maestra de religión católica en un centro público de infantil y primaria, recibí los nuevos manuales de mi asignatura de la editorial anteriormente citada, SM. Comencé a echar un vistazo para programar el nuevo curso y mi sorpresa fue cada vez mayor conforme indagaba más y más en los contenidos de sus páginas. Dado que los errores doctrinales, ideologías y autores heréticos iban en aumento, no me quedó otra alternativa que ir apuntando todas y cada una de las actividades de cada tema de cada curso, de modo que, tras ir analizando profundamente todo, obtuve como resultado un informe.

Dicho escrito fue enviado el curso siguiente a todos los delegados de la educación católica de Andalucía para que pusieran al corriente a los docentes de sus diócesis, fue difundido por diversas RRSS del ámbito educativo católico y publicado en algunos medios de comunicación digitales[2]. Participé en un par de programas de canales de YouTube explicando los contenidos de los libros de religión católica de SM, e incluso me llegó un comunicado amenazador de dicha editorial.

Aunque pudiera parecer a priori lo contrario, nada de esto hizo que esos libros fueran retirados o revisados. Al cabo del tiempo quedó en el olvido no sin antes haber podido comprobar que no pocos docentes de esta asignatura aprueban y abrazan muchos de los ideales que se muestran en esos manuales totalmente en contra de la doctrina católica. Recibí muchas felicitaciones por el trabajo que me llevó varios meses llevar a término, pero también saboreé el desprecio que se muestra a todo aquel que no entra por el maldito aro de la agenda 2030. Sin duda, quedó más que demostrado, que esta editorial está al servicio de los Objetivos que nos pretenden imponer para llevarnos a un nuevo orden mundial muy alejado de la libertad y dignidad de las que Dios nos ha otorgado.

Han pasado 5 años desde entonces, he creado mi propio material y este curso que tocaba renovar los libros no los he pedido para mi centro educativo. Me consta que
SM no es la única editorial que está introduciendo los temas del género, la multiculturalidad, el ecumenismo, el miedo al cambio climático, la inmigración y el ecologismo como la nueva religión sustituta del cristianismo… y como guinda del pastel, en SM tenemos la Teología de la liberación marxista en la que Jesús se nos muestra como el salvador de las injusticias de este mundo como podrían ser las discriminaciones que tan de moda están por motivos del género o por ser mujer, así como se muestra la imagen de una Iglesia semejante más a una ONG que a ser sacramento de nuestra salvación.
Yo poco puedo hacer por paralizar esta locura desde mi pequeño rincón en un colegio lleno de niños que saltan, ríen y juegan, ignorantes del adoctrinamiento al que están siendo sometidos. Paco puedo hacer si los padres siguen mirando a otro lado, si no se responsabilizan de lo que sus hijos están recibiendo entre esas paredes en las que dejan a sus hijos bastantes horas en manos de unos docentes en los que confían, pero que quizás les puedan sorprender dados sus pensamientos progresistas que profesan abiertamente.

Padres, revisad los libros de religión católica impregnada de la Agenda totalitaria, defended nuestra religión, el último baluarte que puede salvar a su hijo de las garras enemigas que merodean constantemente amenazando con herir de muerte su alma inocente.


El informe se puede encontrar en este enlace[3].[4]


Alicia Beatriz Montes Ferrer | Casada, madre de 6 hijos, máster en Ciencias de la Familia, maestra de religión católica y socia voluntaria de las asociaciones Libertas y ECA y colaboradora de la asociación Enraizados.



¿Poder al pueblo o monarquía absoluta? Las contradicciones de Francisco (por Sandro Magister)



Están aflorando muchas contradicciones en la Iglesia Católica. Por un lado, se celebra un Sínodo sobre la sinodalidad, que extiende la participación en el gobierno de la Iglesia mucho más allá del Papa y de los obispos, también a sacerdotes, religiosos y laicos, hombres y mujeres. Pero, por otro lado, se asiste a un ejercicio de los poderes papales por parte de Francisco, más autoritario y monocrático que nunca.

Con una novedad adicional extemporánea, anunciada el 11 de septiembre por el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el argentino Víctor Manuel Fernández, quien, respondiendo por escrito a las preguntas de Edward Pentin para el “National Catholic Register”, asignó a Francisco “un carisma particular para salvaguardar el depósito de la fe, un carisma único, que el Señor dio sólo a Pedro y a sus sucesores”, pero del que nadie jamás había tenido noticias.

Se trata de “un don vivo y activo”, explicó Fernández, “que actúa en la persona del Santo Padre. Yo no tengo este carisma, ni lo tiene usted ni tampoco el cardenal Burke. Hoy sólo lo tiene el papa Francisco. Ahora bien, si usted me dice que algún obispo tiene un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entramos en un círculo vicioso (en el que cada uno puede decir que posee la verdadera doctrina) y esto sería herejía y cisma. Recuerde que los herejes siempre creen conocer la verdadera doctrina de la Iglesia. Lamentablemente, hoy caen en este error no sólo algunos progresistas, sino también, paradójicamente, algunos tradicionalistas”.

Es difícil pensar en una extensión aún más desmesurada de la infalibilidad del Papa en materia de fe, afirmada por el Concilio Vaticano I dentro de límites extremadamente estrictos. Y, de hecho, el nuevo dogma inesperadamente enunciado por Fernández termino rápidamente bajo el fuego de una avalancha de críticas.

La más argumentada y estridente provino del campo conservador, en el blog “Caminante Wanderer”, escrito por un anónimo y culto erudito argentino.

Pero también en el bando opuesto, el progresista, el muy singular “carisma” del que, según Fernández, sólo estaría dotado Francisco fue rechazado sin apelación, precisamente porque es incompatible con los límites de la infalibilidad papal reafirmados por el Concilio Vaticano II. en la constitución dogmática “Lumen gentium”. Massimo Faggioli, profesor de teología en la Universidad de Villanova, escribió sobre esto en [la revista estadounidense] “Commonweal”.

Es por eso que sigue siendo aún más incomprensible la contradicción entre los poderes monocráticos ilimitados -de los que Francisco se considera cada vez más investido desde arriba, con el sello de su teólogo cortesano- y la contemporánea “democratización” de la Iglesia deseada por él con la nueva sinodalidad.

También en esta nueva forma del Sínodo Francisco cambió de ritmo durante su pontificado.

Volviendo al Concilio Vaticano II, en “Lumen gentium”, la Constitución dogmática del Vaticano II expresamente dedicada a la Iglesia, la palabra “Sínodo” aparece una sola vez y es sinónimo de la palabra “Concilio”, el cual reúne exclusivamente al Papa y a los obispos

Mientras que en los escasos documentos papales de las décadas siguientes en los que se repite la palabra “sinodalidad”, se refiere a cómo se practica en las Iglesias ortodoxas, es decir, el colegio de obispos reunidos con su patriarca o arzobispo mayor para ejercer la autoridad jerárquica sobre su respectiva Iglesia.

Peter Anderson, el erudito de Seattle que es un agudo observador de lo que ocurre en las Iglesias orientales y difunde las notas informativas más puntuales y bien documentadas sobre el tema, ha constatado que desde el Concilio hasta finales de 2013 sólo ha habido doce apariciones de la palabra “sinodalidad”: seis con Juan Pablo II, dos con Benedicto XVI y cuatro con Francisco.

De esto se deduce que, incluso en el primer año después de su elección como Papa, Francisco no se inclinaba en absoluto, al menos en sus pronunciamientos públicos, hacia una “democratización” de los Sínodos.

La primera vez que habló de “sinodalidad” fue el 28 de junio de 2013, dirigiéndose a la delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. Y se refirió a la “reflexión de la Iglesia católica sobre la colegialidad episcopal”, para la que era bueno “aprender” de la “tradición de la sinodalidad tan típica de las Iglesias ortodoxas”.

La segunda vez fue en la homilía del día siguiente, festividad de los santos Pedro y Pablo, para augurar “armonía” entre el Sínodo de los Obispos y el primado del Papa.

La tercera fue en la entrevista de septiembre de 2013 con Antonio Spadaro, el director de “La Civiltà Cattolica”. Allí planteó por primera vez la idea de que “quizás sea hora de cambiar la metodología del Sínodo, porque la actual me parece estática”. Pero para repetir inmediatamente que es “de nuestros hermanos ortodoxos” que “se puede aprender más sobre el significado de la colegialidad episcopal y sobre la tradición de la sinodalidad”.

La cuarta vez fue en la exhortación apostólica “Evangelii gaudium” del 24 de noviembre de 2013, el documento programático de su pontificado, pero en el que nuevamente se limitó a decir que “en el diálogo con nuestros hermanos ortodoxos los católicos tenemos la posibilidad de aprender algo más sobre sobre el significado de la colegialidad episcopal y sobre su experiencia de la sinodalidad”.

Pero esto fue sólo el comienzo. En los años siguientes, para Francisco hubo todo un crescendo de anuncios y de decisiones que condujeron a la actual mutación de la forma del Sínodo, ahora tan alejado del modelo plurisecular todavía vigente en las Iglesias orientales como para motivar, de ese lado, la protesta de la que informó el anterior post de Settimo Cielo:

> El sínodo de Francisco no aprendió nada de los sínodos de las Iglesias orientales. Las objeciones de un obispo greco-católico

Al dar poder al “pueblo de Dios”, es decir, al ampliar la participación en los Sínodos, con derecho a voto, incluso a los simplemente bautizados, Francisco ha realizado ciertamente una innovación importante.

Pero una vez más en completa contradicción. Pues no fue un sínodo el que decidió el cambio, como pretende el nuevo curso “popular”, sino él solito, el Papa.