¿Qué se objeta contra la Providencia? La existencia del mal, ora se trate del mal físico, llamado también dolor, ora se trate del mal moral, que es el pecado y sus consecuencias.
¿Qué dicen los que objetan el mal contra la Providencia? Que si Dios es tan bueno y gobierna el mundo con tanto poder y sabiduría, no se explica porqué hay en el mundo tantas calamidades, padecimientos e injusticias y crímenes.
¿Tiene algún fundamento esta objeción? Ninguno: como fácilmente se verá considerando: 1º Que nuestra inteligencia es en extremo limitada, y que es temeridad suma querer juzgar los designios de Dios; “Cuán incomprensibles son sus juicios, cuán inescrutables sus caminos” (Rom., XI, 33); 2º Que Dios no es el autor del mal, y que del mal saca bien; “Dios no quiere que perezca ningún hombre” (II Reyes XIV, 14) – “Todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios” (Rom., VIII, 28); 3º Que la vida presente es tiempo de prueba, y que en la otra vida será recompensada la virtud y castigado el crimen. “Saldrán los que hicieron buenas obras a resucitar para la vida eterna; pero los que las hicieron malas, resucitarán para ser condenados” (Juan, V, 29)
¿Por qué no es Dios el autor del mal? Porque siendo absolutamente bueno, no puede ser causa más que del bien. La raíz del mal está en la imperfección esencial de la criatura.
¿Cómo se explica la existencia del mal físico? 1º El cuerpo humano es naturalmente corruptible, y, por lo mismo, está sujeto al padecimiento y a la muerte. 2° El universo está gobernado por leyes de una sencillez y armonía admirables, pero accidentalmente producen algunos efectos que a nosotros nos parecen desórdenes, como son cataclismos, plagas, enfermedades, etc. 3° La mayor parte de las miserias de la vida provienen de las pasiones humanas, de la imprudencia, de la pereza, de la destemplanza y del orgullo.
¿No podía Dios eximir al hombre del padecimiento y de la muerte? Así lo hizo con el primer hombre; pero Adán, por su desobediencia, perdió para sí y para toda su posteridad esos privilegios que liberal mente recibió de la bondad de Dios.
¿Cómo se explica la existencia del mal moral? Por el abuso de la libertad.
¿No podía Dios eximir al hombre del mal moral? No repugna de ninguna manera a la bondad de Dios haber creado un mundo en el que los seres libres estén sujetos a la prueba, y merezcan por su fidelidad la dicha eterna. Además, conviene considerar que si por causa de la prueba se ha hecho posible el mal, Dios, en su bondad, pone límites al mal, y por su poder e infinita sabiduría, saca bien del mismo mal.
¿Luego Dios no es la causa de los males? No: porque todos los males provienen o de la imperfección natural de las criaturas, o de la malicia de los seres libres,
¿No podía Dios crear un mundo mejor que el actual? Absolutamente hablando, sí; pero con relación al plan que Dios ha escogido para realizar sus designios, nada prueba que el mundo actual no sea el mejor de los mundos posibles, ya que del mismo mal saca Dios mayor bien. “Vio Dios todas las cosas que había hecho: y eran en gran manera buenas” (Gen., I, 31)
¿Cómo convierte Dios en bien el padecimiento? 1º Del dolor hace Dios un remedio contra el vicio, haciendo que vuelva a Él por medio del padecimiento el alma que le había olvidado. “Me hallé en medio de la tribulación y del dolor; e invoqué el nombre del Señor” (Salmo CXIV, 3, 4); 2° Del dolor hace Dios una prueba de la virtud y una fuente de méritos; porque el padecimiento puede excitar en los que padecen la paciencia, la resignación, y la fortaleza más admirable; y en aquellos que son testigos del padecimiento, la piedad, la compasión, la caridad, y la más sublime abnegación. “Cuando estoy débil, entonces con la gracia soy más fuerte” (II Cor., XII, 10) – “Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación ejercita la paciencia, la paciencia sine a la prueba de nuestra fe, y la prueba produce la esperanza” (Rom, V, 3, 4) – 3° Del dolor hace Dios una expiación del pecado; pues es justo que el placer que se buscó en la violación de la ley divina se pague con el dolor. “Él nos ha castigada a causa de nuestras iniquidades: y él mismo nos salvará por su misericordia” (Tob., XIII, 5)
¿Cómo obra Dios para que del mismo pecado resulte algún bien? 1° Dios, tolerando a los malos ya los perseguidores, proporciona a los justos ocasión de practicar virtudes heroicas. “Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos” (Mat., V, 10) – 2° Perdonando a los pecadores arrepentidos, Dios manifiesta su misericordia y su clemencia, y castigando a los pecadores impenitentes, hace brillar su eterna justicia. “Abandone el impío su camino y conviértase al Señor, el cual se apiadará de él” (Isaías LV, 7) – “El Señor en su ira conturbará a sus enemigos, y el fuego los devorará” (Salmo XX, 10)
Juan Cruz