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lunes, 3 de febrero de 2025

El PP y Trump: La alineación con el globalismo de izquierdas en su ataque al presidente estadounidense



El Partido Popular ha dejado en evidencia su alineamiento con la agenda globalista, una postura que se ha manifestado no solo en su connivencia con el Partido Socialista en Bruselas, y del blanqueamiento cada vez más descarado a Pedro Sánchez y al PSOE en el ámbito nacional sino también en su rechazo a figuras que desafían el statu quo internacional por sus políticas soberanistas y antiglobalistas. El último ejemplo de esta tendencia ha sido la reacción de animadversión de varios líderes del PP hacia Donald Trump.
Críticas de Aznar y la cúpula del PP contra Trump

Uno de los primeros en manifestar su oposición a Trump fue el expresidente del Gobierno, José María Aznar, quien expresó su inquietud por el retorno del líder republicano. «Algo muy serio sucede en el fondo de un país que elige presidente a una persona que ha sido responsable de un asalto al Congreso y de un intento de golpe de Estado», declaró Aznar. Además, dejó claro que nunca habría votado a Trump y aseguró que, de haber sido estadounidense, habría votado por Joe Biden o Hillary Clinton «sin duda«.

Pero Aznar no ha sido el único en el PP que ha arremetido contra Trump. El eurodiputado y director de FAES, Javier Zarzalejos, también se sumó a la ofensiva contra el presidente norteamericano con declaraciones incendiarias en las que incluso llegó a compararlo con Adolf Hitler. «Él es un presidente que se jacta de no haber entrado en guerras. Menos mal que no estaba en la Casa Blanca cuando Hitler arrasaba Europa«, afirmó en un artículo publicado en El Diario Montañés.

Zarzalejos continuó con su ataque: «Trump es un tratante, en sentido literal, un hacedor de tratos, autoritario y absolutamente personalista en la forma de ejercer su enorme poder». Estas declaraciones evidencian la animadversión del PP hacia el presidente republicano, alineándose con la narrativa impulsada por los demócratas y la élite mediática estadounidense.
González Pons y el desprecio hacia el presidente Trump

El vicesecretario general del PP, Esteban González Pons, también se ha unido a la campaña contra Trump con expresiones despectivas que han causado gran controversia. En una de sus intervenciones, llegó a referirse a Trump como «el macho alfa de una manada de gorilas».

Este tipo de declaraciones muestran de manera evidente el rumbo ideológico que ha tomado el PP en los últimos años. Se han posicionado abiertamente del lado del globalismo de izquierdas tanto de EEUU como de Europa, rechazando las políticas soberanistas e identitarias que defienden la independencia nacional y la autodeterminación de los pueblos. Mientras otras fuerzas políticas en Europa y Estados Unidos fortalecen el discurso en defensa de la soberanía y los valores tradicionales, el Partido Popular prefiere atacar a quienes desafían el pensamiento único promovido por las élites globalistas ya sea Trump en Estados Unidos o figuras como Giorgia Meloni en Italia.
Un PP alineado con la agenda globalista

La insistencia del PP en marcar distancia con Trump no responde únicamente a una estrategia comunicativa coyuntural. Se trata de un movimiento premeditado con el objetivo de reforzar su relación con los organismos supranacionales que dictan la agenda política en Europa. A pesar de que el PP mantiene un discurso conservador en España, sus acciones demuestran que está plenamente integrado en la corriente globalista que defiende el control supranacional de los Estados y el sometimiento a instituciones como la Unión Europea y la ONU y abandonando cualquier atisbo de soberanismo y defensa de los intereses nacionales.

El Partido Popular, que en su día simuló representar una alternativa conservadora en España, se ha convertido en un engranaje más del sistema que promueve la agenda globalista. Sus dirigentes ya no esconden su desprecio por los movimientos que desafían este orden, como el liderado por Donald Trump. Esto es lo que representa el PP. Ha optado por la senda globalista izquierdista. Es un agente más de la agenda globalista. Es una realidad.