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jueves, 6 de marzo de 2025

Francisco, como Biden. ¿Quién está tomando las decisiones en nombre del Papa? (Jaime Gurpegui)



Desde hace 21 días, el Papa Francisco está ingresado en el hospital Gemelli. Su estado de salud ha sido descrito por el Vaticano como «crítico pero estable», con episodios de insuficiencia respiratoria aguda, broncoespasmos y dependencia nocturna de ventilación mecánica.

Ha pasado por varias crisis, requiere oxígeno de alto flujo y ha tenido que someterse a broncoscopias para aspirar mucosidad acumulada. En estas condiciones, cualquier persona con sentido común dudaría de su capacidad para gestionar con normalidad los asuntos ordinarios de la Iglesia. Y, sin embargo, el Vaticano pretende que creamos que sigue al mando de decisiones clave. La pregunta central es: ¿Quién está realmente gobernando en su ausencia?
Parolin y Peña Parra vs Ghirlanda y jesuitas

Hay dos grandes polos de poder en este escenario: El cardenal Pietro Parolin y el arzobispo Peña Parra, que manejan el aparato institucional del Vaticano y tienen en sus manos las llaves del poder operativo. En ausencia del Papa, son ellos quienes administran el día a día de la Santa Sede y deciden qué se firma y qué no. El P. Gianfranco Ghirlanda y los jesuitas, cuyo poder ha crecido en los últimos años y que han colocado a hombres de confianza en puestos estratégicos. La cercanía de Elías Royón a este grupo deja claro que tienen una influencia directa en decisiones clave.

Estos grupos no necesariamente trabajan juntos; más bien, parecen estar disputándose el control de la maquinaria vaticana en un momento en el que Francisco está completamente vulnerable. Y es aquí donde entra la verdadera cuestión: se está ejerciendo un poder en nombre de un hombre anciano y enfermo, incapaz de supervisarlo todo.

El paralelismo con lo que sucedió en EE.UU. con Biden durante la última fase de su mandato es inevitable. La crueldad de mantener a un anciano al mando cuando claramente ya no puede gobernar por sí mismo es la misma en ambos casos. Se aprovechan de su estado para hacer y deshacer a su antojo, mientras se refuerza la apariencia de normalidad.

De la sentencia de Gaztelueta a los nombramientos episcopales

La misma lógica se puede aplicar a dos decisiones recientes en relación a España, pero son decenas las decisiones que se están tomando a diario en nombre del Papa:

El caso Gaztelueta. ¿Fue Parolin quien decidió emitir la sentencia para congraciarse con los jesuitas? ¿Fue Ghirlanda, con la influencia de Royón, quien empujó la decisión? En cualquier caso, lo que sí está claro es que Satúé no ha pintado absolutamente nada en esta historia. Todo el mundo sabe que su papel ha sido el de un vulgar sicario, un simple ejecutor de una orden tomada por otros, utilizado por su falta de escrúpulos morales.

El nombramiento del obispo de Albacete. ¿Se ha manejado desde la Secretaría de Estado? ¿Desde la esfera jesuita? Una vez más, no hay claridad, pero nos quieren hacer creer que, entre broncoespasmo y ventilación mecánica no invasiva, el Papa ha tenido la cabeza para pensar en el futuro de Albacete. Y el hecho de que la noticia haya sido filtrada a un medio de extrema izquierda como Religión Digital solo refuerza la idea de que el proceso está viciado por intereses políticos internos.

Lo cierto es que lo que está ocurriendo es inaceptable. Cada acción jurídica pontificia tomada desde el ingreso del Papa en el hospital deberá ser puesta en entredicho. No podemos seguir aceptando esta farsa en la que nos quieren hacer creer que un hombre gravemente enfermo está firmando sentencias, discutiendo nombramientos y gestionando la Iglesia con normalidad.

La gravedad del asunto no se limita a estos casos concretos. Estamos ante una manipulación descarada de la autoridad pontificia. Y esto no puede quedar sin respuesta.

Es hora de exigir transparencia. Es hora de preguntar quién está gobernando realmente la Iglesia en estos días. Porque si Francisco no está en condiciones de tomar decisiones, entonces hay otros que lo están haciendo por él. Y los fieles tienen derecho a saber quiénes son.

Jaime Gurpegui